Política
La pugna por Hidalgo creció hasta fracturar al PRI nacional
El desmoronamiento del PRI después de la impresionante serie de derrotas electorales cosechadas por la dirigencia de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano tiene su origen en la disputa que la actual secretaria general del partido, mantiene con sus dos coterráneos: Miguel Ángel Osorio Chong y Omar Fayad, ambos exgobernadores de Hidalgo.PACHUCA, Hgo. (Proceso).- Lo que inició como una pugna por el poder en Hidalgo, uno de los principales bastiones priistas desde la posrevolución, derivó en una desbandada nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), relegado a tercera fuerza en el país.
En 1995 Carolina Viggiano Austria, Omar Fayad Meneses y Miguel Ángel Osorio Chong respondían a un mismo jefe político: Jesús Murillo Karam. Éste fue mentor de los dos primeros, mientras que el tercero obtuvo de él, por la asignación de cargos, el principio de su proyección política.
Después de 28 años ellos pertenecen a tres grupos en pugna: el de Viggiano, que junto con el exgobernador de Coahuila Rubén Moreira y Alejandro Moreno Cárdenas controlan el PRI nacional; el de Fayad, que dejó al partido sin bancada en Hidalgo tras la renuncia a su militancia de todos los diputados locales y alcaldes afines, y el de Osorio, otrora líder de una de las agrupaciones políticas más influyentes del país: el Grupo Hidalgo, que se quedó en la antesala de la candidatura priista a la presidencia en 2018.
Al renunciar, Omar Fayad reclamó: “No hay espacio para quienes queremos aportar desde una perspectiva crítica”, mientras que Osorio, acompañado por 320 priistas que dimitieron, acusó a la cúpula del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de romper la unidad del partido. Viggiano minusvaloró las salidas de ambos y dio a entender que quienes se van buscan impunidad.
El origen de las fisuras
Viggiano, Osorio Chong y Fayad tenían la misma aspiración: la gubernatura. El primero en obtenerla fue Osorio Chong, en 2004, con el apoyo de su antecesor, Manuel Ángel Núñez Soto, político tecnócrata que sucedió a Murillo Karam. Para 2011, cuando su exsecretario de Gobierno, Francisco Olvera Ruiz, lo sustituyó en el cargo, Osorio mantuvo el control político en su entidad y se sumó a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.
Ya con el mexiquense en la presidencia, Osorio formó un equipo que se convirtió en el segundo al mando en el país, con una aspiración: que el Grupo Hidalgo sucediera al de Atlacomulco en 2018.
Ahí se reencontró con Murillo Karam, quien sería procurador General de la República, pero ya no como subalterno, sino como líder de un bloque independiente con injerencia desde organismos de seguridad e inteligencia, hasta en la política social del sexenio, con colaboradores como Frida Martínez (PFP), Pablo Uribe Arriaga (OASPRS) y Tomás Zerón (AIC), ahora prófugos.
En los comicios en los que fue elegido Olvera, Fayad y Viggiano quedaron al margen de la postulación. Por acuerdo entre grupos, Fayad fue cabeza de fórmula de una senaduría que ganó el PRI, mientras que Viggiano, vinculada con el peñismo, fue nombrada directora general del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
Aunque mantenían la institucionalidad, ambos manifestaban a sus allegados su descontento por la injerencia de Osorio en el estado, cuando él ya tenía su aspiración personal a nivel federal.
En el gobierno de Olvera Ruiz las corrientes del priismo se mantuvieron alineadas, pero en 2016 Omar Fayad obtuvo la candidatura priista a gobernar el estado, lo que priistas locales atribuyeron a una decisión de Los Pino. Esto generó la primera fisura entre los tres grupos, pues el de Osorio Chong –que presumía la cercanía con el presidente– promovía a Nuvia Mayorga, mientras que Viggiano buscaba por tercera vez la nominación.
La tendencia se mantuvo a favor de Fayad durante la campaña por el “voto duro” del partido oficial, pero al inicio de su sexenio la confrontación interna se avivó tras el reparto de posiciones políticas: los grupos, acostumbrados a recibir espacios en el gabinete no los obtuvieron. A esto se sumaron los señalamientos abiertos por corrupción en el mandato de su antecesor, Francisco Olvera, lo que la militancia priista consideró una revancha política.
Después vino el despido masivo de trabajadores de gobierno y, con el control del PRI estatal, la distribución de candidaturas para el nuevo grupo.
En ese contexto, Osorio Chong construía un proyecto alterno a través del Partido Encuentro Social (PES), formado por cuadros impulsados por él y dirigido por Natividad Castrejón Valdez, su asesor en la secretaría de Gobernación y actual secretario de Educación con el morenista Julio Menchaca Salazar.
En las elecciones municipales de 2016, que convergieron con la que ganó Fayad, los osoristas consiguieron seis alcaldías con el PES: Huejutla, Yahualica, Calnali, Tianguistengo, Molango y Atotonilco de Tula, con operación del priismo afín al jefe del Grupo Hidalgo.
Las disputas se avivaron previo a las elecciones a diputados federales y locales de 2018, cuando el PRI, con candidatos de Fayad, tuvo su primera derrota histórica, al conseguir sólo una de 18 curules de mayoría relativa, con lo que perdió el control del Congreso estatal, mientras que a nivel federal no logró ninguna de las siete en juego.
Con estos resultados, resurgió uno de los clanes del priato, pero ahora en Morena: La Sosa Nostra o Grupo Universidad, a cargo de Gerardo Sosa Castelán. En el PRI, ya resquebrajado, las corrientes internas se acusaron mutuamente de traición y operación política para otros partidos.
Con Fayad controlando al priismo local, Osorio –ya entonces descartado de la candidatura a la presidencia– consiguió vía el CEN una senaduría plurinominal y otra para su principal operadora, Nuvia Mayorga. En tanto, con Alejandro Moreno y Rubén Moreira, Viggiano impulsaba un proyecto para hacerse del mando del PRI tras la caída del peñismo, que se concretó en agosto de 2019, cuando ella ascendió a la secretaría general de su partido en fórmula con Alejandro Moreno Cárdenas.
El resquebrajamiento
En 2022 el CEN del PRI negoció con el PAN la designación de Carolina Viggiano como candidata a la gubernatura de la alianza Va por México. Fue el preludio de la confrontación definitiva, cuando el entonces aún gobernador Fayad acusó “traición” a la militancia y un proceso simulado para imponer a Viggiano.
En defensa de su aliada política, Alito Moreno acusó al gobernador de ponerse “de rodillas” ante Morena y de querer imponer un perfil “destinado a la derrota”: su exsecretario particular y actual alcalde de Mineral de la Reforma, Israel Félix Soto, quien tras la salida de Fayad permanece en el PRI controlado por Moreno y Viggiano.
En ese proceso el grupo Osorio buscaba, como en 2016, que la nominación recayera en Nuvia Mayorga. Viggiano perdió dos a uno (61 contra 31% de los votos) ante el morenista Menchaca Salazar, en unos comicios en los que acusó a los activos de Fayad de simular apoyo al PRI y operar para Morena.
La ruptura definitiva llegó después de que el último gobernador priista anunciara que buscaría ser el nuevo presidente nacional de su partido y que se anotaría como aspirante tras realizar su registro como consejero político, posición que le fue negada por el CEN.
Al renunciar al partido el pasado 15 de junio, Fayad acusó una simulación democrática y recriminó que el PRI le cerrara los espacios para participar. Cinco días después se sumaron a las bajas los ocho diputados que integraban la bancada priista en el Congreso de Hidalgo, incluido el presidente del Comité Directivo Estatal priista, Julio Valera Piedras, y otros miembros de la dirigencia local.
Los siguieron 15 presidentes municipales afines a Fayad, quienes también señalaron arbitrariedades e imposiciones de Moreno y Viggiano, y luego 100 mujeres hidalguenses inconformes con la dirigencia nacional, encabezadas por la exsecretaria general del partido en el estado, Yarely Melo Rodríguez.
Esto debido a que, tras la dimisión de Julio Valera como dirigente, la secretaria general Jenny Márquez debía asumir la presidencia y convocar a elecciones, pero fue designado en el puesto el diputado federal Marco Antonio Mendoza Bustamante, cuya carrera política está ligada a las posiciones de Carolina Viggiano, pues fue su asesor en la Cámara de Diputados de 2009 a 2012.
Además, el suplente de Mendoza en la diputación es Juan Pablo Beltrán Viggiano, hijo de la secretaria general del CEN, que con 26 años ya asumió el cargo, cuando Mendoza Bustamante pidió licencia para coordinar la campaña de su jefa política a la gubernatura. Márquez y sus seguidoras consideraron este enroque contradictorio con el discurso de Viggiano en defensa de las mujeres.
En la serie de acusaciones, Moreno Cárdenas pidió investigar a Fayad por “La estafa siniestra”, un mecanismo de desvíos mediante servicios simulados y emisión de facturas por empresas falsas, calculado inicialmente en 522 millones de pesos. Igualmente, Alito sugirió que la impunidad era el móvil del exgobernador.
La crisis entre Osorio Chong y Moreno se desató el año pasado, cuando el senador exigió en varias ocasiones la renuncia de la dirigencia por los resultados electorales: de 11 gubernaturas que tenía el PRI perdió nueve; en una ganó en coalición, aunque el candidato fue panista, por lo que solo retuvo Coahuila.