Xóchitl Gálvez

¿Xóchitl Gálvez vendió realmente gelatinas? Esto es lo que se sabe

El pasado 17 de julio el presidente Andrés Manuel López Obrador puso en duda la versión de que la representante del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, comenzó vendiendo gelatinas. "Nos quieren vender la farsa", dijo.
viernes, 6 de octubre de 2023 · 19:21

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Nos quieren vender la farsa” de que Xóchitl Gálvez comenzó vendiendo gelatinas y logró superarse espetó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera del pasado 17 de julio.

Ese día, el mandatario dijo que como su gobierno ha llevado a cabo “una política en favor del pueblo” los publicistas de sus adversarios les recomendaron buscar alguien nacido en un pueblo y con apariencia de ser gente del pueblo.

“Un poco el engaño de Fox, que era una gente sincera, deslenguado, que iba a acabar con las tepocatas y que iba acabar con la corrupción, muchos se creyeron ese cuento. Luego vendieron otro de un hombre guapo, hicieron hasta una telenovela –dijo en referencia a Enrique Peña Nieto-- y ahora nos quieren vender otra farsa de que una mujer que empezó vendiendo gelatina ha logrado superarse”, dijo el mandatario.

Esta semana empezó a circular el libro “Xóchitl: De vender gelatinas a buscar la Presidencia de México”, escrito por la periodista Scarlett Lindero, quien, en nueve capítulos realiza una semblanza sobre la trayectoria de quien se perfila a ser la candidata presidencial del Frente Amplio por México, que integra al PRI, PAN y PRD.

Uno de los capítulos del libro de la periodista, “Las famosas gelatinas”, está dedicado a desentrañar si es verídico o no que Xóchilt Gálvez vendió gelatinas en una etapa de su vida para obtener recursos económicos.

Lindero recabó testimonios de familiares de la actual senadora panista quienes confirmaron que Gálvez dedicó tiempo en su lugar de origen, Tepatepec, Francisco I. Madero, Hidalgo, a preparar y vender gelatinas.

De acuerdo con lo que relata el libro, Vicente Ruiz, Liliana Ruiz, primos de Gálvez, y Bertha Navarro, tía de la panista, fueron testigos de la vendimia de gelatinas de la hoy senadora.

Vicente declaró:

“Yo lo vi. Viví catorce años en la misma casa que ella. Sí, su mamá y ella las cocinaban. Las iban a dejar a la tienda de mi tío Beto y ahí se vendían. No, ella no está inventando nada”.

Vicente Ruíz relató que cada noche la madre de quien hoy aspira a la presidencia de México, Bertha Ruiz López, y ella, hervían agua en una olla de peltre para deshacer la grenetina en lumbre de leña.

Liliana Ruiz, prima de Xóchitl, explicó además que en la zona donde creció la senadora, su madre era muy conocida por tener mucha habilidad para cocinar, “Hasta un taco de huevo con chile te sabía rico” comentó.

La prima y la tía de Xóchitl Gálvez omitieron contestar más preguntas de la periodista relacionadas con la venta de gelatinas con la que se relaciona a Xóchitl Gálvez, pues –dijeron-- “esa ya es historia pasada. Xóchitl es más que eso”.

El primer capítulo del libro: “Un lugar llamado Tepatepec”, aborda los orígenes geográficos, genealógicos, y culturales de la coordinadora del FAM. El segundo es el de “Las famosas gelatinas” y le siguen: “Una rebelde con causa”, “Una mujer hecha a sí misma”, “La misión de servir”, “La sabiduría indígena”, “La señora X”, “El camino presidencial” y el último capítulo es un análisis de la autora sobre los retos que tendrá que enfrentar Xóchitl Gálvez de cara a los comicios de 2024.

En “La misión de servir”, quinto capítulo de la entrega, la periodista expone el paso de Xóchitl Gálvez en el gobierno de Vicente Fox, al frente de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDI) y cuando fue candidata a la gubernatura de Hidalgo por parte del PAN y el PRD, en 2010. En esta parte la autora señala que por aquellos días de campaña, se hizo conocida una canción que vitoreaba a Gálvez, la cual le adjudicaron al grupo de rock “Molotov”, sin embargo, la banda no lo ha reconocido.

En el sexto capítulo: “La sabiduría indígena” se describe a Gálvez como una política conocedora y cercana a diversas prácticas espirituales del país. También relata diversas anécdotas al respecto, entre ellas que la hidalguense probó peyote en un ritual wixárika, a pesar de que la posesión de esta planta es castigada por la ley, con excepción de ciertas comunidades indígenas. Según el libro de Lindero, otra de las experiencias espirituales de la aspirante presidencial consistió en comer hongos alucinógenos “aquellos que utilizaba la curandera María Sabina”.

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