CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC) manifestó su preocupación por las personas afectadas en el estado de Guerrero debido al paso del huracán Otis.

El presidente de la UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, subrayó la responsabilidad de los tres niveles de gobierno para afrontar los impactos de este desastre natural. Además, enfatizó que una vez superada la emergencia, el sector rural no debe ser olvidado, ya que desempeña un papel crucial en la economía de la entidad.

González Cepeda señaló que el daño a los principales cultivos tendrá un impacto significativo en la economía local en los meses venideros, ya que varios productores perdieron sus cosechas, y no sólo el puerto de Acapulco se vio afectado, sino también municipios como Técpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Coyuca de Benítez, entre otros.

El maíz es el cultivo principal en la entidad, con una producción de 1 millón 460 mil 629 toneladas; seguido por el mango, con 404 mil 561 toneladas; forraje (alimento para el ganado), 3 millones 138 mil 641 toneladas; copra, con 191 mil 840 toneladas, y el melón, con 98 mil 156 toneladas.

Lo más preocupante, según González Cepeda, es que la población de Guerrero sufrirá debido a los bajos rendimientos de maíz, alrededor de 3 toneladas por hectárea. El huracán Otis terminó con el ciclo agrícola que estaba en su fase final, y lo poco que se había logrado producir, debido a la sequía, se perdió por los efectos del huracán.

El presidente de UMFFAAC destacó que la situación de Guerrero en el ámbito agrícola será sumamente complicada y requerirá ayuda de otros estados que produzcan maíz, y dijo que la atención se ha centrado en la parte turística, con énfasis en Acapulco Diamante y la zona costera, mientras que el sector rural, uno de los principales motores económicos de la entidad, ha sido pasado por alto.

González Cepeda subrayó que la agricultura no se recupera en uno o dos meses, sino que lleva tiempo y se reanuda en el siguiente ciclo. Además, destacó que la recuperación de cultivos, como mangos y limoneros, puede llevar hasta cinco años, y los frutales y las palmas de coco no se repondrán para el próximo año.