CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Sí, tienes razón, defiendo al Ejército”, respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador al cuestionamiento de si en sus años de lucha se imaginó que iba a ser un gran defensor del Ejército.

“Sí, sí imaginé porque como conozco la historia (…) defiendo al Ejército y defiendo a las Fuerzas Armadas y ¿saben quién también defiende al Ejército? La mayoría del pueblo de México y como decía el liberal el Nigromante Ignacio Ramírez en el tema religioso, él era anticlerical, pero decía: Yo me hinco donde se hinque el pueblo”, declaró.

En el contexto de la probable participación del Ejército en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue enfático en asegurar que ya entregó todo el material y no hay más. Incluso recordó que puede haber generales implicados o con acusaciones directas por vínculos con el crimen organizado, pero eso, afirmó, no significa que sea toda la institución.

“Les decía el caso del militar, este último que se detuvo que es general pues está acusado por supuesta vinculación con el crimen organizado, pero no en la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. La acusación directa fue porque un mes o dos meses antes de acuerdo a esta grabación de la DEA aparece que un delincuente dice que contaban con el apoyo de este coronel y si es así pues se tiene que castigar por eso está en la cárcel”, afirmó.

Enseguida aclaró: “Pero de ahí a decir fue el Ejército, es bastante temerario, o sea y yo tengo la obligación y todos de cuidar el prestigio del Ejército”, agrupación a la que también definió como pueblo uniformado por tener elementos que son hijos de campesinos, obreros y trabajadores en general, que tienen a sus familias en pueblos incluso más apartados.

“Nuestro Ejército es popular, el soldado es pueblo uniformado y cuando han cometido errores, que los han cometido, ha sido fundamentalmente por órdenes de autoridades civiles, por órdenes de los presidentes, civiles”, señaló.

Regresó a la historia del asesinato del expresidente Francisco I. Madero fraguado por Victoriano Huerta, “un mal militar” y el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson para nombrarse presidente, hecho ante el que se rebeló Venustiano Carranza y se creó un ejército para enfrentar a la dictadura, para luchar por la democracia.