CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Desde que asumió el poder en 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, van ganando la contienda a la oposición por un marcador de 6 a 3 goles, de acuerdo con la Dirección de Estudios Económicos de Citibanamex.

No sólo eso, en términos generales, el tabasqueño y Morena acumulan más poder territorial, recursos políticos y capacidades electorales. De hecho, aseguró el reporte del grupo financiero, ningún partido había acumulado tanto control desde 1999, cuando el antiguo PRI fue por última vez un partido dominante.

En el reporte titulado "En ruta hacia 2024 (en términos futbolísticos): ¿Cómo va el partido?", Citibanamex aplicó la siguiente analogía:

Suponiendo que la final Morena-Oposición se juega en partidos de ida y vuelta, el primer partido se habría jugado entre 2018-2021.

Al inicio del partido, se habría visto una goleada que representaría las avasallantes victorias electorales de AMLO y Morena en 2018.

"Pensamos que el marcador en esa fase temprana del partido andaría en alrededor de 3-0. Luego, el presidente y su equipo lograrían marcar otro gol con una impresionante serie de ‘pases’ y jugadas individuales, entre los que incluiríamos el nombramiento de delegados morenistas en cada uno de los 31 estados y la forzada jubilación adelantada de actores estratégicos, como un ministro de la Suprema Corte y la cabeza de un regulador energético".

Por su parte, la oposición lograría marcar un gol alrededor del minuto 90 de ese partido de ida, cuando recuperó el control parcial de la Cámara de Diputados en la elección intermedia de 2021. Así, el marcador final del primer partido habría quedado en 4-1.         

Partido de vuelta, un gol de la oposición que vale doble

El partido de vuelta está ahora en curso y sólo falta el segundo tiempo por jugarse de aquí a 2024.

El primer gol (5-1) fue de Morena, con la consulta de revocación de mandato, la cual le permitió a López Obrador poner a prueba las capacidades electorales de Morena, a bajo costo. Asimismo, dicho ejercicio reveló que los programas sociales del gobierno actual son altamente rentables en términos electorales y que los bastiones de Morena están, en general, en las entidades con mayores niveles de pobreza.

Por si fuera poco, la credibilidad y la confianza en las autoridades electorales incluso salieron fortalecidas.

No obstante, la oposición igualó y remontó el marcador con el bloqueo de la reforma energética, hecho que fue considerado por los especialistas un “doblete” (5-3).

De acuerdo con el reporte, la propuesta habría exigido la aprobación de una mayoría calificada de dos terceras partes de cada cámara, pero Morena y sus aliados sólo controlan ya 55% de Diputados y 60% de Senadores.

“Morena forzó la llegada al Pleno de un dictamen que no había incorporado ninguna modificación, después de que por meses escucharon las objeciones y propuestas de participantes de la industria, expertos, académicos, reguladores, sociedad civil, entre otros”, recordó.

El rechazo parecía inevitable. Sin embargo, señaló Citibanamex, pensamos que Morena pudo haber evaluado que de cualquier forma obtendría algún beneficio político del rechazo de su iniciativa, y por lo mismo buscó que fuese votada a pesar de saberse derrotado. Finalmente, 45% de la Cámara, representado por toda la oposición (PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano), rechazó la reforma.

“Al final, esto se tradujo en una importante victoria para la oposición en dos frentes (y por ello asignamos a estos eventos dos goles para la alianza opositora): uno relacionado con el marco normativo de la política energética y otro, con la posibilidad de articular una coalición opositora duradera. La consecuencia inmediata es que el marco constitucional de los mercados energéticos del país sigue vigente”, explicó el reporte elaborado por Adrián de la Garza y Nydia Iglesias.

Pero de nuevo el partido en el poder logró anotar y llevar la serie 6-3 global, al ganar y ampliar el control sobre los gobiernos estatales.

Los seis estados que renovaron gobernador el pasado 5 de junio (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas) representan sólo 12% del registro electoral nacional.

Sin embargo, señaló Citibanamex, sus elecciones eran relevantes porque estaba en juego la impresionante toma de control local que Morena ha logrado en los últimos años y, también, porque ofrecieron a la oposición la oportunidad de poner a prueba su competitividad.

“En balance, es un hecho que Morena sigue tomando control electoral del país a nivel local, pero la coalición opositora mostró que puede articular competitividad en algunas regiones, con buenos candidatos y planificación estratégica”, abundó el reporte especial.

MC desde tribuna

Así el partido, en términos estratégicos, el gran perdedor fue el jugador que ha preferido ir por su cuenta, es decir, Movimiento Ciudadano (MC).

“Es el único partido de oposición que no se ha adherido a la coalición opositora, lo que, en términos futbolísticos, probablemente significa que sus jugadores siguen observando desde las gradas”.

Según Citibanamex, el MC, un partido entre pequeño y mediano, en los últimos años ha tenido crecientes victorias locales. Sin unirse a la coalición opositora, ganó las elecciones de gobernador en dos estados de gran peso en el país: Jalisco y Nuevo León. Y, aunque sigue siendo un actor más bien regional, el apoyo hacia este ha aumentado significativamente en varios estados.

Coalición. Única forma de ganar a Morena

Para nivelar y superar a Andrés Manuel López Obrador y a Morena, Citibanamex consideró que los partidos de la oposición habrán terminado por convencerse de que su única opción para competir contra Morena en los comicios presidenciales de 2024 será ir juntos en coalición.

“Con el candidato y la estrategia adecuados, la elección podría ser más competitiva de lo que se vislumbra hasta ahora”.

No sólo eso, según la Dirección de Estudios Económicos de Citibanamex, hasta ahora no se han visto fracturas en el poderoso equipo de Morena, pero ya juega el segundo tiempo del partido de vuelta con un jugador menos, ya que quienquiera que se convierta en su candidato, muy probablemente será una figura del “establishment”.

Eso significa al menos dos cosas: primero, que básicamente reflejará la preferencia de López Obrador. Es decir, si el presidente no tiene cuidado de presentar su decisión como una que incorpora las preferencias de su base electoral, eso podría disminuir el entusiasmo de los potenciales votantes.

En segundo lugar, que Morena probablemente tendrá que enfrentar el sentimiento “anti-establishment” del electorado, es decir, su deseo de castigar a los malos gobiernos locales, de los cuales ya controlan 22.

Ese amplio dominio territorial podría, por supuesto, funcionar como una ventaja logística, pero también puede resultar contraproducente, en particular si el desempeño de esos gobernadores no logra satisfacer las expectativas del electorado, advirtió.

Y concluyó el reporte:

“En este sentido, recordamos a los lectores que, incluso si eso no se ha traducido aún en calificaciones particularmente bajas para AMLO, tiene un desempeño muy pobre en varias dimensiones, incluyendo su manejo de la pandemia, de la economía y las percepciones de la gente sobre cómo ha tratado la corrupción y la inseguridad”.