CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, sostuvo que es una campaña para desacreditar el movimiento de la llamada Cuarta Transformación, las publicaciones que se han hecho sobre presunto conflicto de interés del hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán, por haber vivido en una casa en Houston, Texas, propiedad de un empresario ligado a Baker Hughes, contratista de Petróleos Mexicanos (Pemex). 

Aseguró que se trata de una campaña para desacreditar y una estrategia de golpeteo político contra el movimiento.

Por supuesto que la derecha seguirá utilizando cualquier cosa por más absurda o de mentira que ya esté o más desmentida que ya esté para volver al presidente creo que ellos hayan definido una estrategia desde hace 3 años que sobretodo golpetear día y noche al proyecto de la Cuarta Transformación por qué pegarle al presidente de la república es pegarle al proyecto de transformación del cual formamos parte millones de personas y creo que a veces no alcanzan entenderlo, dijo en entrevista el martes en el Senado.

La legisladora con licencia y secretaria general de Morena expresó que le tocará al hijo mayor del presidente esclarecer el arrendamiento de esa casa.

"Yo creo que la vida privada de las personas ligadas al presidente hoy está en discusión pública y pues tocará que él responda; sin embargo yo creo que a la luz de los ojos de muchos de nosotros es un ataque más contra el presidente, contra la 4T para detener un proyecto que ha afectado intereses de los que hoy se suman al golpeteo. Yo veo algunas voces probablemente legítimas pero la gran mayoría son las mismas voces que han destruido este país y ahora resulta que son paladines de la Justicia del bien gobernar y hay muchas investigaciones contra el PRI, contra el PAN, contra funcionarios y ahí no han dicho nada", sostuvo Citlalli Hernández.

Hernández Mora consideró lamentable que en el país haya tenido más visibilidad pública el caso de José Ramón, "sin sustento”, que el caso de Genaro García Luna, el de Ricardo Anaya o los “moches” que hubo en el Senado y en la Cámara de Diputados para aprobar la reforma energética de 2013.