#SedenaLeaks
#SedenaLeaks Trastornos psiquiátricos y psicológicos en prisión militar de la CDMX
Proceso tuvo acceso a un documento que forma parte de los archivos filtrados por el grupo de hacktivistas Guacamaya, donde de acuerdo con un informe generado por la subsección de Salud de la Sedena, correspondiente al mes de julio de este año, se reportaron los padecimientos de los militares presos.CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Los militares internos en la Prisión Militar IRM de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no sólo mantienen en sus expedientes la mancha de haber cometido un delito castrense sino que además deben lidiar con trastornos psiquiátricos y psicológicos derivados del consumo de drogas, problemas familiares o estrés.
Proceso tuvo acceso a un documento que forma parte de los archivos filtrados por el grupo de hacktivistas Guacamaya, donde de acuerdo con un informe generado por la subsección de Salud de la Sedena, correspondiente al mes de julio de este año, se reportaron los padecimientos por los que militares presos en dicha cárcel, ubicada en Lomas de Sotelo en la Ciudad de México, recibieron atención psiquiátrica y psicológica.
El informe señala que durante julio de 2022, cuatro elementos, todos activos y de ellos sólo una mujer, acudieron a consulta psiquiátrica en la prisión, uno de ellos por trastornos mentales y del comportamiento derivados del consumo de sustancias psicotrópicas, de los otros tres no se especifica en el informe.
De todos, el elemento castrense que tiene problemas mentales y de comportamiento por el uso de drogas y la mujer que tiene trastorno mixto de ansiedad y depresión, presentaron mal apego a sus tratamientos; otro que padece enfermedad por VIH también presentó mal apego a su tratamiento, pero aún así obtuvo su libertad.
El otro elemento fue diagnosticado con trastorno mixto de ansiedad y depresión y según las observaciones presentó mejoría.
El documento incluye un registro del mes de marzo en el que se programaron citas psiquiátricas para 15 pacientes, 11 en activo, tres retirados y uno cuya situación no se especifica, todos ellos hombres; 10 por problemas no especificados, cuatro por trastornos de adaptación y uno por problemas relacionados con el consumo de sustancias psicotrópicas.
Entre sus diagnósticos hay quienes presentan trastorno de ansiedad generalizada, estrés grave y trastorno de adaptación; episodio depresivo, trastorno de adaptación, trastorno mixto de ansiedad y depresión, trastornos no orgánicos del sueño y trastorno delirante.
De los 15, seis presentaron mal apego al tratamiento, el resto mejoría y de estos sólo dos obtuvieron su libertad.
Según el reporte, en esa prisión no hubo registro de casos de trastorno de estrés postraumático y del comportamiento relacionados con las operaciones militares durante el mes de julio de 2022.
En el área psicológica durante el mes de julio, 11 pacientes acudieron a consulta, uno de ellos se trata de un militar en retiro, el resto en activo y todos son hombres.
El documento señala que siete de ellos acudieron por consumo de sustancias psicotrópicas, dos por violencia familiar y dos por trastorno de adaptación.
Los diagnósticos de ellos fueron: trastorno de adaptación mixta con estado de ánimo depresivo; problemas en la relación con el cónyuge o pareja; trastornos mentales y del comportamiento debido al uso de disolventes volátiles; abuso de cocaína; consumo de cannabis y metanfetaminas.
Las observaciones revelan que el militar retirado fue diagnosticado con trastorno de adaptación mixta con comportamiento depresivo, pero se le dio de alta porque recuperó su libertad pese a que durante el tiempo que estuvo en la prisión mostró poco apego al tratamiento.
El elemento castrense que fue diagnosticado con un trastorno mental por usar disolventes volátiles, ya desarrolló un trastorno psiquiátrico, según las observaciones mantuvo poco apego al tratamiento y la Sedena le da atención en ambas disciplinas: psiquiatría y psicología.
Uno de los elementos que consume cocaína, ingresó a la prisión militar por un delito menor pero ya recuperó su libertad, mientras que el castrense que está señalado por consumo de cannabis y metanfetaminas, ingresó a la prisión luego de ser sometido al consejo de honor donde se ordenó su reclusión por 15 días.
De acuerdo con el documento, este militar negó consumir sustancias y señaló que en una fiesta consumió alcohol y que probablemente lo drogaron metiendo algo en su bebida.