CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– El presidente venezolano Nicolás Maduro llegó de sorpresa a México para participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que encabeza este sábado el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Hasta la noche de este viernes, no estaba contemplada la llegada del mandatario venezolano, que primero corrió como un rumor y finalmente fue confirmado por la Cancillería, cuyo titular, Marcelo Ebrard Casaubón, protagonizó la recepción del jefe de Estado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

La llegada sorpresiva de Maduro y la acogida que le dio la Cancillería duplicó el enojo en la oposición, ya enfadada por la visita oficial del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a México, y las muestras de afecto que le expresó López Obrador –a la par de que exhortó el gobierno estadunidense a levantar el embargo contra la isla–.

En la cumbre de la Celac, el gobierno mexicano pretende plantear una reforma a la Organización de los Estados Americanos (OEA), que algunos gobiernos de izquierda de la región –como Cuba, Venezuela o Bolivia– señalan como un instrumento imperialista de Estados Unidos.

De hecho, aparte de la cancelación de último momento del presidente argentino, Alberto Fernández, y del boicot del nicaragüense Daniel Ortega, viajaron a México los presidentes de los gobiernos identificados con la izquierda –Cuba, Venezuela, Perú o Bolivia– mientras los presidentes de gobiernos con posiciones asumidas de derecha –como Brasil, Chile o Colombia– no acudieron a la convocatoria.