CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Miguel Ángel Pérez alias “El Mike” o el “MK”, hijo de Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”, extinto líder del llamado Cártel de Tláhuac, fue sentenciado a 27 años de prisión junto con siete sicarios de la organización más de la organización criminal, por el delito de homicidio cometidos en  2016.

Los homicidios ocurrieron el 24 de febrero de 2016 en la colonia Unidad Habitacional Vicente Guerrero de la alcaldía Iztapalapa, informó la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDM) en un comunicado. 

Los sentenciados son: Pablo o Jasai “N”, alias “El Jarocho”; Julio César “N”, alias “El Julio”; Sigifrido o Sigifredo “N”, alias “El Sigi Sigi”; José Eduardo “N”, alias “El Cholo”; Giovanny Eduardo “N”, Rubén “N” y Miguel “N”. También, Miguel Ángel “N”, alias “El MK o El Mike”, hijo de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, líder del Cartel de Tláhuac, abatido en julio de 2017 durante un operativo federal ejecutado en la alcaldía de Tláhuac.

Las investigaciones señalan que el día de los hechos, la víctima se encontraba a bordo de un vehículo, cuando fue agredido con disparos de arma de fuego. 

Tras la agresión, un agente de la PDI, testigo de los hechos, logró la detención de Rubén “N”, lo que permitió conocer la identidad de sus cómplices, por lo que se solicitaron las respectivas órdenes de aprehensión que en su momento les fueron cumplimentadas.

La detención en contra del hijo de El Ojos, se cumplimentó el 18 de mayo de 2017, cuando se supo que esa persona acudiría a un evento deportivo (Aca Moto) en el municipio de Acapulco, estado de Guerrero, por lo que agentes de la PDI se trasladaron hacia ese lugar y en una acción conjunta con autoridades de aquella entidad, lograron asegurarlo.

Se sabe que, durante el proceso, Miguel Ángel “N”, alias “El MK o El Mike”, habría mostrado un acta de matrimonio para deslindarse de los hechos, argumentando que ese día se había casado en la localidad de El Salado, municipio de Mochitlán, estado de Guerrero.

Sin embargo, las investigaciones permitieron conocer que dicho documento era apócrifo y que si bien, los datos de registro sí existían en el registro civil, correspondían a una pareja que contrajo matrimonio diez días previos. 

La FGJ-CDMX aportó las pruebas suficientes, para que el juez lo se sentenciara a prisión.