CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante los reclamos de diputadas federales, quienes pidieron su renuncia y la criticaron por su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, así como por la supuesta comida gourmet que se encontró en oficinas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), su titular, Rosario Piedra Ibarra, admitió que en México se vive una “grave crisis del sistema de justicia y una peligrosa crisis de atención a víctimas que contribuyen al escepticismo y a cuestionar la eficacia de las instituciones de derechos humanos”.
Sin embargo, dijo, esa crisis ha sido generada “por omisiones del pasado, de muchos años que no podemos negar y rescoldos que persisten, por ello la defensa a los derechos humanos es un asunto de Estado, no puede ser tarea sólo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y mucho menos que se pueda resolver aisladamente, es menester el esfuerzo extraordinario y sumar a autoridades de todos los niveles”.
En reunión virtual con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, la cuestionada servidora pública respondió así a la serie de cuestionamientos sobre su gestión:
“Hemos sido y estamos siendo sujetos a una formidable campaña mediática de desprestigio y de mentiras, pero puedo decirles que la CNDH hoy se maneja con absoluta honestidad y transparencia. Se ha pretendido difundir versiones escandalosas y calumniosas. Ejerzo a plenitud mis facultades alejada de presiones e influenzas”.
Sobre los señalamientos de la supuesta comida gourmet hallada en instalaciones de la CNDH y que fue exhibida por familiares de víctimas de desaparición y violación a sus derechos humanos, Piedra Ibarra soltó:
“Es falso lo que se ha dicho acerca del comedor. Se servían diariamente entre 30 y 40 comidas, algunas de las cuales se ofrecían también a quienes acudían por un trámite o petición. El menú era como el de cualquier hogar de clase media: sopa de pasta, arroz, frijoles y guisado, aguas frescas, nada de comidas gourmet, y lo que se presentó como cortes finos no eran más que bisteces de res, cerdo y chambarete; lo que se exhibió como exceso no era más que el total de alimentos de un mes”.
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Y reprochó a las diputadas por qué nunca se hicieron los reclamos correspondientes a gestiones anteriores.
“Yo sigo siendo una víctima, porque no se me dio respuesta. Algunas de ustedes son jóvenes, otras no tan jóvenes, pero eso no nos exime conocer la responsabilidad de agravios, violaciones gravísimas de derechos humanos del pasado”.
Respecto de la toma de las oficinas de la CNDH en la calle de Cuba y de otras instalaciones que hay en el país, dijo que el organismo que preside rechaza el uso de la fuerza, y “por lo mismo creemos en el diálogo como la vía razonada para lograr soluciones”.
Rosario Piedra Ibarra aclaró que, si bien la totalidad de las víctimas que tomaron las oficinas “ya no están ahí, compartimos su hartazgo y el de muchos más, frente a la impunidad y la dilación de respuestas, pero también aclaro que estamos avanzando”.
Asimismo, afirmó que reivindica la lucha en contra de los feminicidios, desaparición forzada, impunidad y en pro de las víctimas.
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“Reconocemos que la violencia de género y la violencia feminicida necesitan soluciones urgentes, hemos actuado, y tan es así que hemos emitido varios exhortos a las autoridades para que se atienda como asunto prioritario”, sostuvo.
El morenista Hugo Rafael Ruiz Lustre, presidente de la Comisión de Derechos Humanos en San Lázaro, le dijo a Piedra Ibarra que se le había convocado a esta reunión virtual porque se ha cuestionado “la falta de empatía de la CNDH” con las víctimas.
La también morenista Lorena Villavicencio Ayala destacó que en el país hay una operación errática en administración y procuración de justicia, y ello se refleja en la toma de la CNDH, “donde se expresan las mujeres y movimientos sociales, los gremios, por la falta de atención de una institución que debería estar defendiendo el ejercicio de derechos y presupuesto para alcanzar esos derechos”.
Y fue más allá: “Me parece que sería momento de hacer una valoración honrada y honesta de cómo se ha trabajado y que se valore la participación de la actual titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos”.
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La panista Madeleine Bonnafoux Alcaraz preguntó a Rosario Piedra si se sentía con la autoridad moral de emitir recomendaciones a otras instancias del gobierno o a los funcionarios que las presiden, ante su cercanía con el mandatario federal.
Y la legisladora sin partido Ana Lucía Riojas de plano exigió la renuncia de la ombudsperson y criticó su dependencia a López Obrador.
“Nos preocupa muchísimo su cercanía con el presidente y que esto nuble la forma en que usted entiende cuál debe ser su labor. No entendemos cómo es que no existen recomendaciones sobre cómo el presidente se refiere a las víctimas, cómo las trata como adversarios políticos, cómo es que todos los días desde su show mañanero y el púlpito presidencial se descalifique a la prensa cuando se asesinan a periodistas a diario”.