CIUDAD DE MÉXICO (apro). – El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que no existen pruebas contundentes sobre la posibilidad de que una madre enferma de covid-19 pueda contagiar a su bebé a través de la leche materna, ya sea amamantándolo o extrayéndose la leche para alimentarlo.
“Se han hecho algunos estudios sobre esto y no se ha encontrado que la lactancia materna o la leche materna sea un medio de contagio del virus SARS-CoV2 causante del covid-19”, destacó en la conferencia de prensa vespertina para actualizar las cifras sobre la pandemia.
Sin embargo, recomendó que las madres usen las protecciones de la vía respiratoria, se laven las manos antes de cargar al bebé, se coloque el cubrebocas durante el acto de la lactancia y después mantener los cuidados de proximidad con respecto al hijo.
Al respecto, la titular del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada en la Zona Poniente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Miranda Aguilar Patraca, comentó que entre los factores detectados sobre el abandono de la lactancia materna es la incorporación de las mujeres al trabajo.
“Eso es lo que hemos observado y obviamente estamos fortalecidos y comprometidos a tener esa situación de la capacitación y ver que eso es lo que nos va a favorecer mucho la presencia de las salas de lactancia, los lactarios, ya vemos ahorita algunos centros comerciales, tiendas departamentales e inclusive en el mismo aeropuerto que ya tienen salas de lactancia”, indicó.
En ese sentido, la jefa de Política Social del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, Catalina Gómez Mena, añadió, además del empleo, estudios donde no necesariamente las madres están en la formalidad laboral de la economía, pero siguen teniendo barreras para practicar la lactancia, entre las que están también las personales.
“Existen una serie de barreras que van desde el nivel individual que es la propia madre que duda muchas veces de su propia capacidad para amamantar y muchas veces no cuenta con el apoyo tanto familiar, como de los propios servicios de salud y del sistema, en general, para superar estas barreras. Luego también hay una serie de factores estructurales como una agresión progresiva de sucedáneos de leche materna que la lleva también a convencerse de que probablemente la fórmula es mejor”, señaló.
De ese modo, aclaró que, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 95% inicia la lactancia materna pero no logran mantenerla o seguirla practicando precisamente por esta serie de factores no solo individuales, sino de apoyo familiar, y estructurales.
“Por eso decimos que es un problema de todos, y que realmente requerimos el apoyo de todos los sectores para que una mujer pueda tener un entorno propicio para la práctica de la lactancia, incluso, como decía la doctora, también las condiciones laborales que obviamente tiene que regresar a trabajar antes de los tres meses ¿no?”, destacó.
Finamente, en respuesta a la pregunta sobre la posibilidad de que grupos empresariales hayan aportado o donado dinero o insumos para el combate a enfermedades crónico degenerativas al sector salud, antes y durante la pandemia, López-Gatell aclaró:
“No que yo conozca, por lo menos directamente al Sector Salud, y consideramos, además, esto es algo muy conocido en el mundo, hay estándares internacionales de prevención y protección de las políticas públicas respecto al conflicto de interés.
“Siempre se ha considerado como inconveniente que los actores económicos que tienen que ver con las causas de un daño para la salud puedan ser legítimamente donantes directos del gasto en salud o en gasto en prevención”, mencionó.
Puso como ejemplo a la industria del tabaco que, en el pasado, a través de donativos o inversión ha tergiversado las agendas de salud, ha afectado a las políticas públicas, ha disminuido la capacidad gubernamental de ejercer el control de las políticas públicas y por eso, en el Convenio Marco para el Control del Tabaco, explícitamente se establece que no deben los gobiernos recibir donativos o patrocinios de cualquier naturaleza.
Simultáneo es el Código de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche, establecido desde 1981, y del cual México forma parte y esto está auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que explícitamente indica que no se deben recibir donativos de sucedáneos de la leche en las Instituciones Públicas de Salud.
“No existe, hasta donde conozco, una disposición general en México o en el mundo para los productos industriales, ultra procesados, que son los promotores oficiales para la epidemia de la obesidad, pero por analogía o por lógica simple considera uno que no es conveniente, como sucedió extensamente en el sexenio pasado, que los actores industriales o comerciales de los productores de estos productos participen en la producción de estas políticas públicas”, explicó.
Por eso, añadió, este gobierno decidió desarmar un organismo llamado Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles que era una pantalla para permitir la penetración de los intereses de la industria en la generación de las políticas públicas y en su lugar se creó el Grupo Interinstitucional de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC) que es el foro gubernamental con el que se construyen, elaboran, vigilan y crean estas políticas públicas por un sistema agroalimentario saludable, justo, sostenible y competitivo.