CUERNAVACA, Mor. (apro).- Ya había aceptado la responsabilidad del fallido operativo militar realizado en Culiacán Sinaloa en octubre pasado que derivó en la liberación de Ovidio Guzmán, para “salvar vidas inocentes”, pero hoy el
presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que fue él quien ordenó cancelar la operación y liberar al hijo del
Chapo Guzmán.
No era tema en la habitual conferencia presidencial, pero el mandatario hizo referencia al hecho cuando presumía que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ha ofrecido en enviar agentes a México para apoyar en investigaciones de asuntos delicados, como ese, y en el de la matanza de integrantes de la familia LeBarón ocurrido en Bavispe, Sonora, a principios de noviembre pasado.
“Hay relaciones de cooperación, pero al mismo tiempo de respeto y el ejemplo lo da, aunque parezca increíble, el que da el ejemplo es el presidente Donald Trump. En dos o tres asuntos en que hemos hablado por temas delicados…
“Cuando se decidió, para no poner en riesgo a la población, para que no se afectara a civiles, porque iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa, y se tomó la decisión.
“Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente, habló al día siguiente o a los dos días el presidente Trump para ofrecer apoyo”, relató el mandatario.
También reveló que luego de la masacre de mujeres y niños, miembros de la familia LeBarón, Trump ofreció agentes para investigar:
“El presidente Trump nos ofreció la presencia de agentes para ayudar a investigar los casos, le agradecimos su ofrecimiento, respetuosamente, y él entendió que nos correspondía atender a nosotros estos casos”, aseveró el mandatario.
Era habitual la intromisión
López Obraor añadió que, antes, ese tipo de intromisiones ocurrían con mucha frecuencia y aseguró que no sólo fue el operativo Rápido y Furioso, donde se introdujeron armas de contrabando que después asesinaron personas en el país, sino que hubo participación directa en operativos.
Dijo que, por ejemplo, en el operativo donde murió el capo del narcotráfico, Arturo Beltrán Leyva, conocido como
El Jefe de Jefes o
El Barbas, en diciembre de 2009, sin mencionarlo, “se supo que había intervenido una organización de Estados Unidos, cuando se llevó a cabo ese operativo”.
Por esas fechas corrieron rumores de que en el operativo realizado en las torres Altitud de Cuernavaca, había agentes descritos como “güeros, altos, que hablaban inglés”, versiones a las que el presidente se refirió como ejemplo de violación a la soberanía nacional.
“Pero no sólo eso, el que estaba de embajador de Estados Unidos en ese entonces (Tony Garza), declaró que el gobierno de Estados Unidos confiaba más en la Marina que en el Ejército. Se metió a opinar sobre un asunto que sólo compete a nosotros, a los mexicanos. Había una injerencia total. Eso, ya no”, sostuvo.
Y enfatizó que no se permitirá una violación más a la soberanía, como ocurrió con el operativo Rápido y Furioso que motivó el envío de una nota diplomática al gobierno de Estados Unidos, de la cual no ha tenido todavía respuesta.
“Estamos esperando que se entregue esa información. El gobierno de Estados Unidos está obligado a que se integre ese informe”, dijo el mandatario y reiteró que durante su gobierno se ha defendido el derecho soberano del país a decidir su política de seguridad pública.
López Obrador reiteró:
“No vamos a permitir que ningún gobierno extranjero se inmiscuya en asuntos que sólo corresponden a las autoridades mexicanas. No habrá acuerdos como Rápido y Furioso, en privado, de espaldas al pueblo y afectando a la gente”.
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