MADRID (apro).- .— El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa a través de la Fundación Internacional para la Libertad que preside, está impulsando un manifiesto que cuestiona que muchos gobiernos, entre ellos el de México, están aprovechando el efecto de la pandemia para imponer medidas autoritarias y que resultan inseguras.
“Rechazamos el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad”, reza el texto titulado
Que la pandemia no sea un pretexto para el autoritarismo, que ya ha sido firmado por unas 150 personas, entre ellos ocho expresidentes, como el mexicano Ernesto Zedillo y el español José María Aznar.
El documento critica que “a ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado”, que sin reparo él defiende desde hace años y en todos los foros a los que tiene acceso.
Cita los ejemplos de lo que define como “las dictaduras” de “Venezuela, Cuba y Nicaragua”, donde la pandemia “sirve de pretexto para aumentar la persecución y la opresión; del gobierno de México, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, donde “arrecia la presión contra la empresa privada y se utiliza el Grupo de Puebla para atacar a los gobiernos de signo distinto”.
No es la primera vez que Vargas Llosa se lanza en contra de Andrés Manuel López Obrador. De hecho, al arribo al poder del político mexicano, el escritor consideró que para México representaba un “retroceso”. “La elección de Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de México es grave para el país y para América Latina”.
Y luego añadió que era su deseo que “los mexicanos comprendan que han cometido un gravísimo error al llevar a un populista a la presidencia”.
En una entrevista con el periódico Reforma en diciembre pasado, Vargas Llosa relacionó su ya famosa frase de la “dictadura perfecta” mexicana con el tabasqueño. “No era tan perfecta, porque finalmente la dictadura desapareció, pero lo que es terrible es que vaya a resucitar, ¿no?. Porque yo tengo un poco la impresión de que López Obrador es como la resurrección del PRI, del
PRI que formó parte de su juventud”.
El mandatario le respondió: “Respeto a Mario Vargas Llosa, buen escritor, lo respeto”, dijo y prosiguió, pero “en lo político creo que ya es hasta monárquico, ha involucionado, pero eso es otro asunto, es un gran escritor, extraordinario”.
El Ogro Filantrópico o la muerta
El manifiesto que encabeza el escritor señala que “algunos gobiernos han identificado una oportunidad para arrogarse un poder desmedido”.
Por ejemplo, señala, “en España y la Argentina dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar las duras circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas que en otro contexto la ciudadanía rechazaría resueltamente”, sostiene.
“En lugar de algunas entendibles restricciones a la libertad, en varios países impera un confinamiento con mínimas excepciones, la imposibilidad de trabajar y producir, y la manipulación informativa”, se apunta en el texto.
Si bien valora el trabajo de “los empleados de la sanidad pública y privada” que combaten el coronavirus “valerosamente” y en contraste pone en entredicho el papel de muchos gobiernos que “toman medidas que restringen indefinidamente libertades y derechos básicos” y que “han identificado una oportunidad para arrogarse un poder desmedido.
Sostiene que esos gobiernos suspenden “el Estado de derecho, incluso, la democracia representativa y el sistema judicial”.
Añade: “Queremos manifestar enérgicamente que esta crisis no debe ser enfrentada sacrificando los derechos y libertades que ha costado mucho conseguir. Rechazamos el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad, entre el Ogro Filantrópico y la muerte”.
Entre los firmantes están los expresidentes argentino Mauricio Macri, colombiano Álvaro Uribe, los uruguayos Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, el salvadoreño Alfredo Cristiani y el paraguayo Federico Franco.
Otros firmantes, empresarios, economistas, escritores y políticos españoles de tendencia conservadora y liberal, son el historiador mexicano Enrique Krause, el extitular de Exteriores de México, Jorge Castañeda o el filósofo español Fernando Savater.
Entre otros mexicanos que han signado el manifiesto están Pedro Aspe, secretario de Hacienda de Carlos Salinas; Silvia Mercado (Relial); Bertha Pantoja (Caminos de Libertad); Roberto Salinas León (Atlas Network) y el empresario Alexander Van Tienhoven.
Por España se sumó la actual portavoz del Partido Popular (PP) en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo o el exdirigente de Ciudadanos (C´s), Albert Rivera, quien apoyó en la redacción del documento. De hecho, Vargas Llosa ha apoyado abiertamente a la pupila de Rivera, Inés Arrimadas, en las pasadas elecciones.
La Fundación Internacional para la Libertad, que desde 2002 preside Vargas Llosa, tiene en sus filas importantes empresarios y cuenta con apoyo de firmas internacionales como KPMG y PriceWaterHouseCooper (PwC), dos de las principales sociedades globales que ofrece servicios de auditoría y asesoría legal y fiscal, entre otros.
Bajo el amparo de dicha fundación, durante en abril de 2016, durante los festejos del 80 aniversario del escritor peruano nacionalizado español se celebró una cátedra y un diálogo con el narrador turco Ohram Pamuk, en la madrileña Casa de América, en la que tuvo la participación al dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, a quien entonces se presentaba como el nuevo mecenas de la fundación.
En aquella ocasión estuvo presente el columnista mexicano Sergio Sarmiento, muy cercano a Salinas Pliego, quien por cierto sigue formando parte del Consejo Empresario Asesor de dicha fundación, que preside Álvaro Vargas Llosa, el hijo del Nobel de Literatura.
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