Coronavirus
López-Gatell desestima reacción alérgica por vacuna de Pfizer
Las vacunas en general son los productos farmacéuticos más cuidados en términos de su seguridad, dijo el subsecretario durante la conferencia vespertina sobre el estado de la pandemia en México.CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Después de que Reino Unido emitió una advertencia por reacción alérgica para la vacuna Pfizer/BioNTech, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, rechazó que eso signifique que no se puede usar la vacuna ni que vaya a provocar reacciones alérgicas en toda la población.
“¿Esto quiere decir que ya no vamos a poder usar la vacuna? La respuesta es no. Sí vamos a poder usar la vacuna. ¿Esto quiere decir que vamos a empezar a tener alergia todas y todos? La respuesta es no. Hay personas con propensión alérgica en quienes tenemos que tener este cuidado especial”, comentó en la conferencia de prensa vespertina sobre covid-19.
Resaltó que, hasta ese momento, solo la agencia regulatoria del Reino Unido ha autorizado el uso, en condiciones de emergencia, de este producto.
Se espera que próximamente lo empiecen a hacer agencias de otros países. El jueves 10 habrá una sesión pública donde el Comité Asesor de la Agencia de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos, la agencia de regulación sanitaria, deliberará sobre la evidencia que está en el expediente de Pfizer, con el que ha solicitado dicha aprobación a la FDA.
“Veinticuatro horas después, el viernes 11, Cofepris revisará la evidencia y en su momento, tanto FDA para el caso de Estados Unidos, Cofepris para el caso mexicano, emitirá las recomendaciones y se procederá a dar el dictamen sobre la autorización para el uso en emergencias. Ahí vendrán las especificaciones necesarias de las precauciones que hay que tener en las personas con propensión alérgica”, aseguró.
Destacó que la frecuencia de las alergias, si tomamos en cuenta el conjunto de la población que puede utilizar un producto farmacéutico es considerablemente raro, infrecuente, improbable.
Reconoció que, en las vacunas, ya sea por los productos específicos propios de la vacuna, que son los principios activos o por los componentes que la acompañan: el diluyente, los estabilizadores, aditivos, pueden también causar reacciones alérgicas en algunas personas.
“Ahora, hay personas que se conocen con propensión alérgica, porque ya han presentado reacciones alérgicas a distintos productos o sustancias alimentarias, fármacos o del ambiente y se conoce que se debe tener precaución mayor con las personas que tienen alergias”, señaló.
Dentro de las personas que pueden tener alergias, hay quienes pueden presentarlas de manera leve, como la rinitis alérgica de la temporada otoñal y primaveral que no pasan de ser estornudos, enrojecimiento de ojos y comezón en la nariz, etcétera.
Sin embargo, mencionó, también hay personas que tienen alergias más graves y la forma más grave se llama anafilaxia, en la que se presentan cambios orgánicos como el aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y fuga líquido a los tejidos y puede causar la obstrucción de la vía aérea.
“Reitero una cosa para que todo el público lo tenga presente: las vacunas contra covid-19 o las vacunas en general son los productos farmacéuticos más cuidados en términos de su seguridad, incluido sus reacciones alérgicas, pero todo otro aspecto de medidas sanitarias. Las vacunas, insisto, son los productos farmacéuticos más cuidados. ¿Por qué razón? Porque generalmente se usan en personas sanas, es un instrumento preventivo y porque se usan masivamente”, aseveró.
En los pocos días que han transcurrido desde el inicio de la vacunación contra covid-19 en el Reino Unido, concretamente 24 o 36 horas, se han detectado algunos casos de reacciones alérgicas precisamente en personas que tenían antecedentes alérgicos, y puede ocurrir que también tengan reacción alérgica a éstos.
Por eso, apuntó, es obligación de las agencias de regulación sanitaria, el equivalente en México es la Cofepris, emitir alertas tan pronto se sepa de alguna reacción secundaria, particularmente cuando se trata de un producto nuevo, como es el caso de la vacuna covid-19, la primera que se está usando en el mundo, que es la vacuna de Pfizer/BioNTech.
Criminalizar la medicina
Al ser cuestionado sobre la iniciativa de diputados del PAN para castigar las negligencias médicas hasta 20 años de prisión y el caso específico de la doctora Azucena Calvillo, del Hospital General de Zona de Durango, acusada de negligencia por atender una emergencia por covid-19 al conectar a un magistrado a un respirador, pero falleció, y la doctora fue detenida, incomunicada y acusada de homicidio de manera irregular.
“Es un tema relevante. El caso que comenta es potencialmente ilustrativo del fenómeno. La acusación de negligencia médica, es decir que alguien, usuario de servicios de salud o cualquier persona de la sociedad considere que la persona, profesional de la salud, cometió un acto de negligencia implica la percepción de que hubo disposición de actuar incorrectamente”, explicó.
Es decir, que actuó por omisión, es decir, que tiene las capacidades y el conocimiento para actuar de determinada manera o por impericia, es decir, que pudo haber actuado por torpeza o incapacidad.
Desde los años sesenta, pero principalmente en los noventa, se registró una tendencia a judicializar los asuntos de salud, pero dirimir los casos en tribunales, no es necesariamente el espacio que permite la revisión más profunda con un enfoque de salud ni de derechos en esta disputa.
“De 1994 al año 2000, la Secretaría de Salud en México, encabezada por Juan Ramón de la Fuente, tomó cartas en el asunto sobre esta preocupante escalada de la tendencia a judicializar este fenómeno y entonces hizo una propuesta de crear la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, la Conamed, y el enfoque es y ha sido buscar primero el acto de conciliación, en donde se revisa con un juicio médico y técnico y jurídico para que trabajen en conjunto con las evidencias de una queja, una insatisfacción y establecer un mecanismo de diálogo con la entidad quejosa”, agregó.
Resumió que la experiencia de Conamed ha mostrado que la enorme mayoría de las quejas por presunta negligencia son problemas de comunicación.
“No se informó de la manera correcta, oportuna, cándida, compasiva, detallada, con sustento técnico y eso lleva a la percepción de que hubo negligencia por omisión o por impericia, en la enorme mayoría, la cual se resuelve por conciliación y la minoría por dictamen. Eso no restringe el derecho de las personas a acudir a la vía judicial”, consideró.