CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Andrés Manuel López Obrador defenderá su proyecto de gobierno a costa, incluso, de su propia imagen, pues el tabasqueño es “un hombre de pelea, que difícilmente se baja del ring”, consideró el exdirector de la revista Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda.
En entrevista con El Universal, el autor de Prensa Vendida ve las “mañaneras” como el estilo de gobernar de López Obrador, como ya lo hizo cuando era jefe del gobierno del Distrito Federal (2000-2005).
Al ser cuestionado sobre si hay alguna amenaza a la libertad de expresión ante los embates que el presidente hace desde la “mañanera” contra algunos medios nacionales y extranjeros, Rodríguez Castañeda atajó:
“Desde mi perspectiva y a partir de mi larga trayectoria periodística, no veo amenazas ni acoso a la libertad de expresión que no haya observado, de diferente modo y manera, a lo largo de muchos sexenios”.
Para el excorresponsal de Excélsior en Washington, donde sí hay amenazas reales a la libertad de expresión es en los estados, donde “perduran los cacicazgos, donde impone su ley el crimen organizado y en donde ciertos gobernadores se sostienen en parte por la sujeción de la prensa”.
En este tema, la relación de AMLO-prensa, el periodista reflexionó que el presidente seguirá respondiendo “golpe por golpe”. Y, respecto a los medios, dijo, “hay que recordar el dicho de barrio: el que se lleva, se aguanta. A los intelectuales hipersensibles les recordaría que la relación con el poder es una rueda de la fortuna. Durante mucho tiempo les tocó estar arriba”.
Rodríguez Castañeda, quien a fines del año pasado anunció su retiro luego de 21 años al frente de esta revista, aseguró que sigue examinando críticamente a los medios y puso como ejemplo la reciente entrevista de La Jornada a López Obrador, en la que hubo, a su juicio, “entrevistadores complacientes”, como un grupo de estudiantes que escucha y admira al maestro.
Para el también exprofesor de la ENEP (FES) Acatlán, México vive un presente lamentable y avizora un futuro aún peor, luego de destacar que el país y la misma prensa viven momentos de polarización.
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Las amenazas en Proceso
Rodríguez Castañeda, quien formó parte junto con Julio Scherer y Vicente Leñero, como los fundadores de la revista Proceso en 1976, platicó sobre las dificultades que vivió este semanario bajo su gestión, en dos sexenios panistas, uno priista y parte de Morena.
“Mi experiencia como director transcurre durante dos sexenios panistas, uno priista y el primer año morenista. Fox o por lo menos algunos de sus funcionarios pensaban que medios como Proceso, después de la llamada alternancia, iban a apoyar su proyecto político y esperaban nuestra complacencia. Pero en cuanto empezaron a exponerse las incompetencias y abusos de poder tanto del presidente como de la vicepresidenta, reaccionaron peor que priistas: no fueron amenazas sino agresiones directas”, dijo.
Puso como ejemplo un largo y costoso litigio por daño moral, emprendido por Marta Sahagún; luego del cual vino un bloqueo publicitario oficial a la revista.
Y con Felipe Calderón no fue la excepción. Asumió: “Calderón llegó a calificar a Proceso como una revista golpista. Pero hubo amenazas reales: como la que hizo Ramón Pequeño, agente de la Secretaría de Seguridad Pública, para obligarnos a exiliar a un reportero y a enviarlo como corresponsal a España”.
“O cuando el inefable Genaro García Luna decidió exhibir ejemplares de Proceso como si fueran parte de la “logística” de un grupo de integrantes de la narcobanda de La Familia”, señaló en la entrevista publicada este miércoles.
Ya en el 2012, Rodríguez Castañeda comentó lo que vivió con el priista: “(Enrique) Peña Nieto nos advirtió, desde antes de tomar posesión, a través de su cercanísimo colaborador Aurelio Nuño: consideramos que Proceso es enemigo del gobierno”.
Finalmente, dijo que con el gobierno de López Obrador hay una vieja historia que "no es para contar ahora", y aceptó que la relación con el presidente se ensució desde aquella famosa portada con el encabezado: “El fantasma del fracaso”.
“Desde su fundación, las portadas de Proceso pretenden reflejar la realidad tal como es. Los editores de la revista consideraron que el horno crematorio reflejaba con crudeza la pesadilla que el país estaba viviendo. A mí me pareció una portada digna de nuestra historia. Como ocurrió durante la guerra de Calderón; portada a portada, la narramos tan cruenta como fue.