Los 'servidores de la nación” ya no portarán chaleco con mi nombre, dice AMLO
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que los Servidores de la Nación, personal encargado de promover los programas de bienestar social por todo el país, no tienen nada que ver con su partido Morena y aceptó la petición del Instituto Nacional Electoral (INE) de que no porten el chaleco que lleva estampado su nombre y que podría ser considerado como una promoción personal.
“Aclarando porque siempre se piensa que somos iguales, cree el león que todos son de su condición, estos servidores de la nación no tienen que ver con Morena ni con ningún partido. Además, el que haga proselitismo por un partido no sólo pierde el trabajo, sino debe ser sancionado, porque ya también es delito grave el fraude electoral, ya no se puede hacer labor desde el gobierno en favor de ningún partido, de ningún candidato”.
López Obrador manifestó que desconoce el número de integrantes de este grupo de promotores que están inscritos en la Secretaría del Bienestar.
Un reportaje publicado en Proceso (2226) reveló que lo integran 17 mil 500 personas con un gasto que supera los 2 mil 576 millones de pesos al año; y responden a las órdenes de Gabriel García Hernández, quien aparece en la estructura de la Presidencia de la República al frente de la Coordinación General de Programas Integrales de Desarrollo.
En cuanto a la participación de líderes de la Iglesia evangélica en la Secretaría del Bienestar y en la distribución también de la Cartilla Moral, el presidente sentenció que mientras no hagan una función que tenga que ver con lo religioso, no tiene por qué afectar el Estado laico.
“Se puede trabajar en el gobierno teniendo o no religión, o siendo de cualquier religión, católico o evangélico de cualquier denominación o librepensador o agnóstico o ateo. Este es un gobierno plural, siempre y cuando -lo mismo que en el caso de los partidos- no se utilice el cargo, los recursos, para hacer labor religiosa. Eso no se puede”.
Insistió en que la separación del Estado y de la iglesia no significa impedir las libertades de creencia, no significa impedir la libertad religiosa, significa que en el Estado laico “no haya una religión del Estado y que no exista mezcla, relación, de lo religioso con lo cívico”.