CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Expertos de Naciones Unidas de 17 mecanismos de defensa del medio ambiente, de derechos humanos, de libertad de expresión, de pueblos indígenas y afrodescendientes, entre otros, urgieron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a ratificar el Acuerdo de Escazú “como una cuestión prioritaria”, antes del próximo 27 de septiembre.
En una carta fechada el 15 de julio, los expertos de la ONU resaltaron que, con la ratificación del acuerdo, aplicable a la región de América Latina y el Caribe, México “reforzará su firme compromiso con la protección del medio ambiente y los derechos humanos”.
Tras destacar que hasta ahora sólo 16 de 33 países de la región han refrendado el pacto, alertaron sobre la urgencia de la ratificación ante un escenario en el que –subrayaron-- “las personas defensoras de derechos humanos ambientales en la región sufren niveles de violencia, intimidación y acoso sin precedentes, y en el que las mujeres defensoras de derechos humanos enfrentan desafíos únicos que a menudo son impulsados por la intersección de múltiples formas de discriminación contra las mujeres”.
De igual manera, señalaron que el Acuerdo de Escazú “es el primero en su tipo en el mundo en incluir disposiciones específicas y vinculantes para la protección y promoción de las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los derechos humanos en cuestiones medioambientales”.
Bajo ese panorama, se solicitó al gobierno mexicano detalles de “los pasos y medidas” que se han tomado para adherirse al tratado, así como el “cronograma” y las “medidas (…) para implementar el Acuerdo una vez que sea ratificado”.
En la misiva enviada a López Obrador, los expertos recuerdan que el Acuerdo Regional Sobre el Acceso a la Información, Participación y Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (“Acuerdo de Escazú”, negociado bajo el liderazgo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), fue adoptado el 4 de marzo de 2018 en Costa Rica, y se abrió para firma el 27 de septiembre de 2018”.
El tratado regional “no sólo garantiza una buena gobernanza ambiental y de derechos humanos, incluidos los derechos de acceso a la información, de participar en el proceso de toma de decisiones, así como para buscar reparación, sino que también es un catalizador para la protección ambiental y el desarrollo sustentable”, recalcan.
Y, con el objetivo “fundamental de proteger el derecho a vivir en un entorno saludable”, puntualizan que el Acuerdo fija obligaciones internacionales para “abordar algunos de los desafíos más apremiantes del mundo, como el cambio climático, el declive de la diversidad biológica, la degradación de los suelos, la contaminación del aire y del agua, los desastres naturales y el agotamiento y uso insostenible de los recursos naturales”.
Además, pretende “proteger la diversidad cultural de América Latina y el Caribe, y reconocer los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales y los grupos vulnerables”, y recuerda que los Estados tienen la obligación de “fomentar la participación inclusiva, combatir la desigualdad y la discriminación, y garantizar la igualdad de todas las personas en los derechos a un medio ambiente saludable y al desarrollo sustentable”.
La carta enviada al gobierno de México fue firmada por los presidentes de los Grupos de Trabajo de Expertos sobre afrodescendientes, Ahmed Reid; sobre derechos humanos, empresas transnacionales y otras empresas, Elzbieta Karska, y sobre la discriminación contra la mujer en la legislación y práctica, Meskerem Techane.
El documento fue firmado por 11 relatores especiales: sobre el derecho al desarrollo, Saad Alfarargi; sobre los derechos de las personas con discapacidad, Catalina Devandas-Aguilar; sobre la cuestión en las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible, David R. Boyd; sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, David Kaye, y sobre derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación, Clement Nyaletsossi Voule.
También lo signaron el relator Baskut Tuncak, sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ecológicamente racionales de sustancias y derechos peligrosos; sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, Dainius Puras; sobre la situación de los defensores de derechos humanos, Michel Forst; sobre los derechos de los desplazados internos, Cecilia Jiménez-Damary; sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intorelarancia, E. Tendayi Achiume, y sobre los derechos humanos al agua potable y el saneamiento, Lëo Heller.
La misiva fue firmada igualmente por tres expertos independientes: sobre la promoción de un orden democrático y equitativo, Livinstone Sewanyana; sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas de edad (sic), Rosa Komfeld-Matte, y sobre los derechos humanos y solidaridad internacional, Obiora C. Okafor.