En sexenio de Peña, el Conacyt transfirió el 48% de sus recursos a la IP: Álvarez-Buylla
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) entregó a la Iniciativa Privada (IP), casi la mitad de su presupuesto, lo que generó un déficit de 21 mil 269 millones de pesos, informó la directora del organismo María Elena Álvarez-Buylla Roces.
La científica y funcionaria ofreció una conferencia en Palacio Nacional en la que aseguró que, del total de recursos destinados al organismo en el sexenio, 48% -35 mil millones- regresaron a la IP, mientras que 37 mil 423 millones de pesos se quedaron en instancias públicas.
“Es un resultado alarmante… Esto no pasa en ningún lado del mundo. Es decir, la iniciativa privada aporta solamente 19%, y de lo que llegó al Conacyt se destinó una cantidad tan alta de recursos que, en vez de tener un aporte positivo por parte de la iniciativa privada al desarrollo científico y tecnológico, tenemos un número negativo muy grande de más de 20 mil millones de pesos”.
La funcionaria detalló, que el Consejo transfirió recursos a algunas empresas paraestatales como el Instituto Mexicano del Petróleo o los propios centros públicos de investigación coordinados por el Consejo y estos, a su vez, los transfirieron a entidades privadas. Y enfatizó: más de 32 mil millones de pesos fueron transferidos de manera directa por el Conacyt a entidades privadas.
Álvarez-Buylla Roces comentó que es difícil identificar a un funcionario en particular que haya hecho tales transferencias. No obstante, ejemplificó con un proyecto que, dijo, recibía recursos de distintos fondos. Ello, añadió, representa un uso indebido del recurso público, por lo que ya enviaron la información a las instancias correspondientes para que lo investiguen.
Respecto a las transferencias de recursos a la IP, la funcionaria dijo que la justificación era incentivar la innovación. No obstante, mostró cifras en las que se comparan los resultados de México en cuando a eficiencia en el ramo científico: bajó del sitio 56 al 72. Eso sugiere, dijo, “que hubo una fuga de recursos o algo más”.
Siempre apoyada en cifras, la directora del Conacyt lamentó que la IP en México aporta 19% de recursos a la ciencia y tecnología, mientras que en otros países desarrollados ese rubro representa hasta 61%.
Por ello, entre otras causas, acusó, la ciencia básica quedó casi sin apoyo y los investigadores tuvieron poco financiamiento para desarrollar sus proyectos científicos. Peor aún, el Consejo calificó 778 proyectos como “altamente recomendados”, pero ninguno pudo echarse a andar por falta de recursos.
No obstante, la directora del Consejo adelantó que dichos proyectos serán “rescatados” en esta administración con un presupuesto de mil 189 millones de pesos.
La funcionaria se mostró confiada en que al término de la actual administración México pueda elevar el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la ciencia y tecnología que, hasta ahora ha sido del 0.4%, cuando los estándares internacionales exigen al menos 1%.
Sobre el fenómeno conocido como “fuga de cerebros”, dijo que unos 30 mil científicos mexicanos con postgrados en el extranjero no regresaron al país a trabajar, pero reconoció que, en parte, se debe a que en México no hay buenas ofertas de empleo para ellos.
Por el contrario, dijo que hubo excesos y corrupción como pagar más de 700 millones de pesos a empresas por acceso a revistas científicas, mientras que los investigadores no tenían recursos para desarrollar sus proyectos.
Y sobre el memorándum que estableció que en el gobierno federal se debía solicitar permiso para viajar al extranjero como parte del gobierno austero, la funcionaria aclaró que esa medida aplica solo para funcionarios públicos, no para investigadores. Luego acusó que la medida fue usada para “instigar a investigadores y estudiantes”.
Datos oficiales indican que México tiene 0.7 investigadores en promedio por cada mil habitantes, menos que Brasil o Argentina, hablando de Latinoamérica, mientras que, en países como Estados Unidos, Japón, Francia o Singapur, hay más de 10 investigadores en promedio por cada mil habitantes.