ROMA (apro).- Las acusaciones contra la desprestigiada congregación de Legionarios de Cristo continúan repitiéndose una y otra vez, ahora también bajo el paraguas del movimiento #MeToo. Desde el jueves pasado, la denuncia de la cantante y presentadora mexicana Ana Lucía Salazar, quien relató haber sido abusada a los ocho años por un sacerdote de la Legión, ha ido provocando una llamarada de polémicas y debates en las redes sociales, cuyo real alcance es difícil de prever.
“Hola, mi nombre es Ana Lucía Salazar y estoy buscando información sobre el padre Fernando Martínez. Yo soy una de las víctimas del señor, él me abusó cuando tenía ocho años”, escribió Salazar, en un largo mensaje en Facebook, que el lunes ya había sido compartido unas 13 mil veces y tenía más de 180 comentarios.
“Tuve la desgracia de toparme con el pederasta Fernando Martínez en Cancún en 1991-1992 en el Instituto Cumbres. El colegio conociendo los casos decidió callar”, agregó la mujer, quien posteriormente también subió su denuncia en Twitter con el hashtag #MeToo, y alegó que ella es la primera mujer que realiza una denuncia de este tipo en México, pese a que habría más víctimas.
“Los padres de familias de las demás niñas decidieron no creerles a sus hijas, pero yo conté con mis padres”, puntualizó, al agregar que el mencionado legionario habría sido trasladado por la Legión tres veces, con supuesto objetivo de encubrir sus delitos.
“La gente que sabe de su historia conoce sobre los abusos que cometió en los ochentas en el Cumbres de México y después de eso, lo encubrió la legión y lo reubicaron a Cancún en donde abuso de nosotras y de ahí lo dirigieron a Salamanca, de ahí le hemos perdido la pista”, afirmó Salazar, al pedir ayuda para dar con el paradero ayuda de Martínez.
https://twitter.com/Ana1uSalazar/status/1124168760141549569
Respuesta desde Italia
Una denuncia, esta, que podría haber caído en el olvido, como muchas otras que aparecen contra los Legionarios en las redes sociales. Pero, en el caso de la joven exconcursante del programa La Academia, no fue así.
Tanto que la explosión de la polémica provocó que el sábado, desde Italia, la Dirección de la Legión reaccionara con un comunicado público, en el que negó haber tenido un conocimiento previo del caso y anunció una investigación al respecto.
“Considerando estas acusaciones, la Congregación de los Legionarios de Cristo ha decidido realizar una investigación exhaustiva según nuestra actual política de Ambientes Seguros, que será llevada a cabo con ayuda de una agencia externa”, escribió el portavoz internacional de los Legionarios, Aaron Smith, sin precisar el nombre de la organización que estará a cargo de la indagación.
“El padre Fernando actualmente tiene 79 años, vive retirado en una casa religiosa en Roma (Italia) y no ejerce ningún ministerio pastoral”, agregó.
“Además, recomiendo que lo presentes (el caso) también a las autoridades civiles”, escribió Smith, en otro mensaje enviado directamente a Salazar.
“Ellos dicen que no sabían! Que Fernando Martínez no estaba en contacto con niños, yo les digo #Mienten. #LegionariosDeCristo ustedes lo sabían, ustedes lo escondieron, ustedes nos abandonaron”, respondió entonces Salazar, quien también identificó a la educadora Aurora Morales González como presunta cómplice de Martínez.
El caso, sin embargo, también terminó con suscitar polémica entre algunos internautas que pusieron en duda el relato de Salazar, algo que a su vez provocó que algunos exlegionarios y otros usuarios saliesen en defensa de la mujer y otros aportasen pistas sobre dónde podría estar el acusado.
“Deje de utilizar a los lectores para su beneficio, que su único fin en todo esto parece ser fama, dinero seguidores y reflectores”, cuestionó en Facebook Jane Riv, un usuario con una cuenta sin amigos y pocas publicaciones.
“Fernando Martínez, al igual que muchos otros, antes de ser victimarios, fueron víctimas. En muchos casos, el primer eslabón es el mismo (fundador de la Legión, Marcial) Maciel”, respondió entonces Beto Lesso, antiguo estudiante de la Universidad legionaria Regima Apostolorum de Roma, y otros centros legionarios, según su perfil público.
“Todo esto la Legión lo sabe y lo sabe bien. Hay documentos públicos desde hace décadas”, añadió Lesso, al aportar un testimonio de 1976 de Juan José Vaca, una de las víctimas históricas, en el que Martínez es identificado como uno de los “amantes” de Maciel.
“Varios comentaristas se han lanzado en picada contra Analu Salazar por hacer su denuncia por redes sociales. Más allá de eso, les aseguro que ellos no conocen la historia de Fernando Martínez. Los que fuimos legionarios, sí”, comentó Cristián Borgoño, uno de los exlegionarios más activos en la plataforma Legioleaks.
“(Martínez) fue director de colegios hasta mediados de los 90, en coincidencia con los tiempos del relato de Ana Lu, y de ahí, súbitamente, fue administrador por alrededor de 20 años en Salamanca, cosa extrañísima considerando su trayectoria, y de ahí se lo llevaron a Roma recién en 2017”, concluyó.
Por su parte, Salazar también indicó que en los próximos días dará más detalles, y rechazó que haya decidido hacer pública su denuncia para hacerse publicidad.
“Esto yo lo denuncié en los 90 junto con mis padres y en Cancún nos acallaron a todos! (…) Las demás víctimas no están hablando (están en su derecho), pero me señalan a mí porque puse la cara”, afirmó la cantante.
Apro, a través de un mensaje escrito, intentó contactar con Salazar, pero no tuvo una respuesta inmediata.
La polémica coincidió con la ordenación el sábado de 37 nuevos legionarios, en la basílica de San Juan de Letrán en Roma, donde habitualmente el grupo realiza estos actos.
En este contexto, la incógnita es si la denuncia de Analú, como la mujer se conoce en el mundo del espectáculo, terminará por suscitar una nueva ola de denuncias en el marco del movimiento #MeToo, o si la tormenta no tomará tierra, como ya ocurrido en otros casos.