Investigadoras vinculan casos de infertilidad y contaminación atmosférica

lunes, 9 de julio de 2018 · 11:08
CIUDAD DE MEXICO (apro).- En México se calcula que hay 1.5 millones de parejas con problemas de fertilidad y la contaminación atmosférica puede ser un factor que incida, advirtieron Patricia Bizarro Nevares y Teresa Fortoul van der Goes, investigadoras de la Facultad de Medicina de la UNAM. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cuatro parejas tiene problemas de fertilidad, y en México el INEGI calcula que hay 1.5 millones de parejas afectadas. Una de cada cuatro parejas tiene problemas de fertilidad. Las investigadoras escribieron, junto con sus colegas Nayelly Aglaé Meléndez García y Marcela Rojas Lemus, del Departamento de Biología Celular y Tisular de la FM, el capítulo Contaminación atmosférica y alteraciones en la reproducción, del libro “Efectos de la contaminación atmosférica en la salud”, en el que incluyen datos del Primer Censo del Mercado de Infertilidad en México, que apuntan que este problema ha ido en aumento en los últimos siete años. De acuerdo con la encuesta, realizada en 31 clínicas de fertilidad de 12 estados de la República, en 32 por ciento de los casos la infertilidad es por el factor femenino y en el 31 por ciento por el masculino; en el 25 por ciento son ambos. Aunque reconocieron que en México son nuevos los estudios que vinculan la contaminación con los problemas cardiovasculares y del sistema nervioso, en otros países ya se ha confirmado esa alteración. “No sólo se reduce el número de espermatozoides que producen, sino que presentan malformaciones: tienen dos cabezas, dos flagelos, no se mueven de manera normal o están inmóviles”, informó Bizarro Nevares. Teresa Fortoul indicó que las causas de infertilidad son múltiples y variadas: en mujeres, la endometriosis, alteraciones hormonales, en las tubas uterinas, retraso en la edad de concepción e infecciones, entre otras. En el caso de los hombres puede deberse a alteraciones anatómicas, enfermedades de origen genético, trastornos hormonales, procesos infecciosos, adicciones (drogas, alcohol, tabaco) y exposición a sustancias tóxicas, tanto en forma laboral como a través de la contaminación atmosférica. Un problema importante son las partículas suspendidas ultrafinas que alcanzan el torrente sanguíneo a través de las vías respiratorias. “Son una madeja de compuestos tóxicos: hay hidrocarburos y metales, además de la exposición al ozono, los óxidos de nitrógeno y azufre”, comentó Bizarro Nevares.

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