Jorge Yázpik en el Museo Diego Rivera Anahuacalli
MÉXICO, D.F. (apro).- El jueves 14 se inauguró la exposición Jorge Yázpik, que se compone de 49 piezas del escultor (1955) y se presentan tanto dentro como fuera del Museo Diego Rivera Anahuacalli.
Quienes conocen el trabajo del escultor saben que el espacio del museo resulta sumamente adecuado para sus propuestas, ya que sus piezas tienen un lenguaje sólido y potente que permite dialogar con la imponente arquitectura y el misterioso interior.
Cuando uno entra a la explanada principal se topa con estos objetos monumentales en piedra volcánica que miden más de tres metros de altura y que parece han estado ahí desde siempre; es impresionante lo adecuado que resulta ese lugar para generar un espacio estético. Igual sucedió cuando sus piezas fueron exhibidas dentro y fuera del MUAC de la UNAM y del Museo Nacional de Antropología (MNA).
Entender y respetar el espacio, saber leerlo ha sido uno de las mayores cualidades del trabajo del escultor para que, de esta manera, las piezas puedan habitar, y no como imposición visual a la que muchas veces el arte público se impone en nuestra ciudad.
Al interior del museo se encuentran también esculturas más pequeñas que conforman corredores; al ser este un espacio más oscuro, la propuesta también cobra relevancia.
El trabajo tiene presencia por su particularidad de que se ha ido estructurando a través de los años, estableciendo códigos inquietantes y contundentes, al igual que con su manera de trabajar con los materiales y sus inquietudes y búsquedas espaciales, así como respetar el espíritu del lugar donde son exhibidas las piezas de Yázpik.
El artista ha manifestado en relación con la muestra:
“El diálogo de mi obra con el espacio consiste en el inframundo, que podría ser el primer nivel en donde se encuentra lo pétreo, la roca volcánica y la obsidiana. En el segundo nivel, el agua, hojas de plata y oro y la sugerencia del lago que tiene que ver con ello. Mientras que en el tercero existe madera, que es como si fuera palafito de abajo hacia arriba en la misma construcción.”
También cabe mencionar que la obra es táctil, es decir, existe la posibilidad de tocar las piezas como parte de esta singular experiencia de la muestra, realizada con el apoyo del Museo Fernando García Ponce-MACAY, y permanecerá abierta hasta el 30 de agosto en las instalaciones del Anahuacalli, ubicado en la calle Museo, subiendo de División del Norte por Xotepingo, en Coyoacán, al sur de la capital.