Un día en la vida del general Obregón, de Jorge Aguilar Mora

lunes, 26 de enero de 2009 · 01:00
MEXICO, D F, 21 de enero (apro) Especialista en temas históricos y particularmente de la Revolución mexicana, Jorge Aguilar Mora es un apasionado seguidor crítico de la vida y obra de Álvaro Obregón Un día en la vida del general Obregón es un texto que, desde 1982, Aguilar Mora ha ido afinando con informaciones más precisas Por ejemplo, en la edición de Era que circula ya, agrega el diagnóstico de Sífilis que encontró en los archivos del gobierno norteamericano en Washington (en cuya universidad de Maryland imparte cátedra desde hace años) y en las cartas de Obregón a Rafael Manzo, señalan los editores en éste libro, donde se conjunta el diseño de Era y el patrimonio fotográfico de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) --excepcional conjunción-- que dice: "Este libro aspira a ser, en cierta forma, lo opuesto a una biografía; se propone paradójicamente, ser una instantánea", la del día en que Obregón entró a la Ciudad de México El siguiente texto es una parte del fragmento del libro: "En la madrugada del 15 de agosto de 1914, la neblina le dio a la ciudad de México el alivio de olvidar todas las pesadillas, anunciándole al mismo tiempo y con demasiada anticipación la crudeza del inverno Las recuas de mulas de los leñadores entraban resignadamente a la ciudad por lo campos de la Verónica y los carromatos lecheros iniciaban su recorrido cotidiano Muchas calles del centro de la ciudad se encontraban inundadas por los aguaceros de los últimos días, pero la capital, ya sin dueño, disfrazaba su descuido con la expectativa y la curiosidad "El cielo nublado esperó pacientemente que los habitantes salieran de sus casas precavidos, otros anhelantes, a encontrarse con cualquier noticia que anduviera perdida por las calles Los rumores iban de puerta en puerta, entraban a los comercios cuando éstos se atrevían a abrir sus puertas, corrían como el agua de lluvia por las cunetas Y cuando versiones contradictorias se detenían en la misma esquina, alguien desde un balcón intentaba resolver la duda "?Entrarán por Peralvillo, vienen de la Villa de Guadalupe? "?No, vienen por Tacaba, ya los vieron? "?Qué va, tienen que entrar por la puerta grande, por la Reforma? "Desde temprano en la mañana comenzaron a formarse grupos precavidos en el zócalo, que miraban expectantes las puertas, cerradas, de Palacio, como si ella fueran a dar alguna respuesta a la incertidumbre El Palacio Nacional era una sede abandonada, pero protegida por simbolizar en su presencia casi sin origen, el poder "A las 11 de la mañana, la expectativa era tan intensa como la curiosidad, pero ninguna como la incertidumbre Los comercios que se habían atrevido a abrir sus puertas comenzaron a cerrar; los talleres suspendían sus labores y de las oficinas salían los empleados como esperando encontrar la respuesta definitiva Y la respuesta llegó: ?Vienen por la reforma, ya lo decía yo?"

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