La globalización sólo es posible vía la violencia desde el poder: Gilly
México, D F, 10 de septiembre (apro)- “La globalización no es posible sin una permanente violencia real o potencial desde el poder para reestructurar naciones, mercados, pueblos o costumbres, bajo la apariencia de las inversiones en el libre comercio y los múltiples intercambios”, aseguró el catedrátuco universitario Adolfo Gilly
En el marco de la conferencia “Modernidad global y economía moral”, Gilly explicó que, “a lo largo de los siglos XIX y XX, mediante la expropiación y la apropiación de los bienes comunales en Europa, las modernas relaciones de mercado fueron impuestas con violencia al resto del mundo, lo que trajo consigo el exterminio o la sumisión de muchas poblaciones, así como de sus vidas, historias y culturas”
Según Gilly, “la globalización no tiene otra solución que la violencia como método constante de acumulación de capital en el proceso histórico No sólo en su génesis, sino en todo tiempo hasta el día de hoy El método violento es el resultado directo del choque del capitalismo con las formaciones de economía natural que ponen trabas a su acumulación”
En este sentido, Gilly comparó a “la globalización con la revolución, por su práctica para alcanzar el poder Ambas necesitan de la violencia para imponer el cambio, cuya amplitud, dado el actual nivel de las tecnologías, no tiene comparación con el pasado”
A su vez, el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Fernando Pérez Correa, dijo que “las relaciones entre los Estados deben someterse al orden jurídico, aun cuando éste sea imperfecto, así como a los valores básicos, fundamento del derecho internacional”
Al inaugurar el ciclo de mesas redondas “Seguridad global después del 11 de septiembre”, organizado por la Coordinación de Investigación del Centro de Relaciones Internacionales de esa facultad, Pérez Correa consideró que "hablar de la seguridad, luego de los atentados de septiembre de 2001, implica consideraciones éticas, morales y jurídicas pues, a partir de que la civilización occidental consideró este rubro en las relaciones internacionales, debió retomar conceptos referentes al derecho de los pueblos”
Por su parte, Judith Bokser, coordinadora del Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de esa facultad, dijo que, “dentro del terrorismo internacional, hay diferentes dimensiones que marcan cuantitativa y cualitativamente su despegue, alcance, magnitud y extensión, como el tipo de organización, sus nexos con los Estados que apoyan su actividad y el propio país escenario”
En la mesa redonda “La violencia política y sus usos; el nuevo terrorismo”, Bokser indicó que “uno de los grandes errores en el análisis de este fenómeno, a la luz de los procesos de globalización, es pensar que son sólo económicos
“A partir de parámetros como la ampliación del mercado y el triunfo del neoliberalismo, el terrorismo es entendido como un acto trasnacional, muchas veces asociado a la lógica del ensanchamiento comercial y a sus nexos con el narcotráfico
“En cambio, los procesos de globalización son multifacéticos, multidimensionales y contradictorios Convocan lo económico y lo político, así como lo intercultural y las interdependencias e influencias entre estos planos”, detalló
A su vez, Stephan Sberro, coordinador de Relaciones Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), explicó que “el terrorismo no es una práctica nueva ni los atentados de septiembre constituyen un parteaguas en cuanto a los conceptos, definiciones y medios utilizados por quienes los efectuaron”
Señaló que "el terrorismo suicida de los seguidores de Osama Bin Laden es un arma de nacionalismo radical Sin embargo, también se utiliza el fanatismo religioso, el cual todavía está al servicio de un proyecto nacionalista en algunos países o de la comunidad musulmana en general
“Los mártires palestinos también se consideran combatientes de la causa nacional de su país antes que del Islam", agregó, y explicó que "para ellos, como para sus antecesores, la estrategia se centra en sus acciones, bien pensadas y con objetivos definidos”
El especialista rechazó que “el terrorismo se haya transformado cualitativamente tras los hechos de 2001, aunque la diferencia cuantitativa se centra en la eficacia de los ataques y la respuesta de Estados Unidos, que ya no trata este fenómeno en forma marginal; ahora su reto principal es combatirlo”
Al participar en la mesa redonda “¿Seguridad o libertad? el futuro de la democracia”, Jorge Romero, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco, dijo que “las guerras punitivas no son la única consecuencia de los atentados contra las Torres Gemelas En la vida cotidiana, los ciudadanos comunes de muchos países considerados democracias liberales, han sido marcados por la huella del terror”
Señaló: “Hoy, en nombre de la libertad, los ciudadanos norteamericanos están armados hasta los dientes y se oponen a cualquier control gubernamental sobre sus armas En tanto, el Estado clama por ejercer su papel como garante de la seguridad colectiva e identifica al terrorismo como la gran amenaza, sin atreverse a enfrentar el problema de la violencia cotidiana, que cobra 12 mil víctimas al año”
En su opinión, “el reto para esta potencia no deriva entonces del terror internacional, sino del interno No es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos, pues se ha convertido en una amenaza para las libertades de los Estados democráticos”