Colima, Col , 17 de diciembre (apro)- Para afrontar la baja rentabilidad de la ganadería bovina en el estado, se requiere brindar mayor apoyo a los esquemas de transferencia de tecnología pecuaria con un enfoque de largo plazo, la construcción de un rastro Tipo Inspección Federal (TIF) y la puesta en marcha de un sistema de calidad ligado a esquemas de transformación o comercialización, afirma Renato Francisco González Sánchez, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad de Colima
En la entidad, caracterizada por un clima tropical seco, es notable el manejo deficiente de los potreros y praderas, y un nivel mínimo en el uso de leguminosas, lo que reduce la disponibilidad de forraje en el estío, a lo que se suman los malos manejos reproductivos y de lactación, que limitan la producción de becerros para la venta, añade
En su estudio “Alternativas de fomento de la ganadería bovina de Colima”, el académico hace notar que es una práctica generalizada no considerar la suplementación en las prácticas alimenticias, situación que hace depender el desarrollo del hato al consumo de pastos naturales y esto repercute en bajos rendimientos de leche, becerros y ganancia de peso
Los parámetros productivos reportados por el académico son bajos: aproximadamente 700 litros de leche por vaca en un periodo de lactancia, 150 kilos de peso de becerros al nacer, 18 meses de periodo interparto y de 9 a 25% de mortalidad en la etapa de crianza
“Lo anterior –expone González Sánchez— genera que la rentabilidad de la ganadería bovina extensiva se baja, al ocasionar altos costos de producción y recolección de becerros, y bajos rendimientos en la producción de leche y carne
“Si a esta situación se agrega un nulo financiamiento de la banca privada, las distorsiones de los canales de comercialización de carne y leche, y los crecientes costos de producción, se tiene que la actividad presenta muchos problemas de rentabilidad”
A juicio de Renato Francisco González, la transferencia de tecnología para el sector pecuario presenta cuellos de botella entre la generación de nuevas alternativas de producción y el extensionismo, lo que implica una escasa incorporación de productores a los paquetes desarrollados
“En lo tocante a la generación de tecnología pecuaria, se mantiene una inercia en la que son los institutos de docencia e investigación quienes primero ofrecen paquetes y después tratan de divulgarlos entre los productores, cuando la investigación debe desarrollarse atendiendo a la demanda de los productores”, afirma
Por otra parte, refiere, el financiamiento a la investigación, además de ser limitado, se realiza principalmente con recursos gubernamentales y poca participación del sector productivo, lo que plantea problemas de sostenibilidad
El investigador llama la atención sobre la problemática que presenta la infraestructura estatal para la producción de carne, pues operan nueve rastros municipales y cuatro mataderos, de los que sólo la Procesadora Municipal de Colima califica como rastro registrado por sus condiciones físicas, instalaciones, equipo y disposiciones sanitarias de sacrificio:
“En síntesis, respecto a los rastros municipales puede decirse que la infraestructura de sacrificio es deficiente y obsoleta para responder en calidad y normatividad, y no permite ofrecer la carne en piezas o empacada, por lo cual su oferta se limita a carnicerías locales, las cuales han perdido participación de mercado en favor de los supermercados”
Ante las condiciones de sacrificio del ganado inadecuadas a las exigencias del mercado, González Sánchez recuerda que desde hace más de diez años existe la propuesta de transformar a la procesadora municipal de carne de Colima en rastro TIF
“Esta propuesta incluyó elementos como el cierre de varios rastros municipales y transformarlos en cámaras frigoríficas, lo que ha tenido dilaciones relacionadas con desorganización de productores, falta de conciliación de intereses, elevadas inversiones privadas y públicas, y otros factores políticos”, puntualiza