Suma de errores y de aciertos

jueves, 26 de diciembre de 2019 · 08:25
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Todos los proyectos funcionan o fracasan por la suma de aciertos, pero sobre todo de los errores. Lo mismo opera para empresas y partidos, como para gobiernos y proyectos personales. Ahora en el caso de la propuesta de gobierno de Andrés Manuel López Obrador los errores son más expuestos que los aciertos, principalmente cuando se trata de personajes como Manuel Bartlett Díaz quien tiene una historia imborrable por su paso en el PRI del que fue militante de 1957 al 2012. Hoy uno de los hombres fuertes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Bartlett Díaz lleva una carga política pesada de casi medio siglo de carrera en distintos puestos tanto de gobierno, como legislativos y de partido, principalmente en el PRI. Aunque nació en Puebla (23 de febrero de 1936), su ascendencia es tabasqueña y veracruzana. Hijo de Manuel Bartlett Bautista, quien fuera gobernador de Tabasco (1953 - 1955) y de Isabel Díaz Castilla, hija del destacado poeta veracruzano Salvador Díaz Mirón, el actual director de la Comisión Federal de Electricidad, ha sido secretario de Gobernación y de Educación Pública, gobernador del estado de Puebla y senador en dos ocasiones. Cabe precisar que no es miembro de Morena sino del Partido del Trabajo y como tal se unió al proyecto de López Obrador una vez que renunció al PRI en 2012. Pero esta decisión no borro de la memoria pública su polémica actuación en dos casos: el fraude de 1988 y la muerte del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena. En ambos escándalos se ha defendido aludiendo inocencia. Pero esta defensa, así como la ausencia de pruebas legales que lo hayan llevado a juicio político o judicial, no han sido suficientes para que se borren tales hechos polémicos en la memoria pública, sino lo contrario. Con estos negativos es que Manuel Bartlett Díaz llegó a la Cuarta Transformación que plantea el presidente López Obrador con los principios de honestidad y austeridad. A esos escándalos hoy se suma uno nuevo en la biografía política de Bartlett: la existencia de una fortuna en bienes inmuebles de más de 800 millones de pesos que no se incluyeron en su declaración patrimonial al inicio de su cargo en la Comisión Federal de Electricidad. La reportera Areli Quintero indagó la existencia de propiedades de la familia de Bartlett quien en su declaración registró ingresos anuales por 11 millones y un patrimonio total de 51 millones. Evadió mencionar 25 propiedades (23 casas y dos terrenos), tanto a su nombre como al de miembros de su familia y a través de prestanombres.
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  Aunque la secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, declaró que no había incurrido en falsedades en su declaración patrimonial —esgrimiendo los mismos argumentos por los cuales Virgilio Andrade exoneró a Enrique Peña Nieto por el caso de las propiedades de su esposa Angélica Rivera—, es decir, que la dependencia a su cargo únicamente tiene facultades para investigar a Bartlett a partir de que asumió el cargo y no antes, la figura de Bartlett no salió limpia ante la opinión pública. Este escándalo afectó a tres personalidades: Manuel Bartlett, Irma Eréndira Sandoval y al presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha blandido como principal bandera de su gobierno la honestidad y la transparencia en el ejercicio del poder público. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene frente a sí defender su proyecto de gobierno antes que a miembros de su gabinete como en el caso de Bartlett quien tiene un pasado demasiado polémico y de claro oscuros, difícil de defender. Suma de aciertos y de errores son los que al final definen un proyecto, habrá que ver con el tiempo si el caso de Bartlett sumará o restará méritos a la Cuarta Transformación. Por ciertoHay una suspicacia que flota en este escándalo de Bartlett: ¿Le debe algún favor el presidente López Obrador para que lo defienda y lo sostenga como hasta ahora lo ha hecho?    

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