Kremlin

Dmitri Medvédev: el provocador del Kremlin que ha llevado al límite a Trump

El expresidente de Rusia parece ser, sobre todo, el funcionario del Kremlin que más ha llevado la provocación contra las potencias occidentales desde el inicio de la invasión a gran escala a Ucrania en febrero de 2022.
miércoles, 6 de agosto de 2025 · 09:12

El expresidente ruso y ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad Dmitri Medvédev, parece haber llevado a Donald Trump al límite. El presidente estadunidense ha decidido desplegar dos submarinos nucleares en respuesta a la que considera una nueva provocación del hombre que en el pasado fue una cara liberal de la Rusia moderna. Una historia de transformación política radical. 

Dmitri Medvédev fue quien impulsó a Donald Trump a anunciar, el viernes 1 de agosto, el despliegue de submarinos nucleares en "zonas apropiadas" no muy alejadas de Rusia. 

El expresidente de Rusia parece ser, sobre todo, el funcionario del Kremlin que más ha llevado la provocación contra las potencias occidentales desde el inicio de la invasión a gran escala a Ucrania en febrero de 2022. Una transformación importante para un político que, hace diez años, encarnaba la cara liberal del Ejecutivo. 

Medvédev y sus salidas escandalosas   

"Las palabras tienen significado y pueden tener consecuencias", advirtió Donald Trump en su red social Truth para justificar su decisión de desplegar dos submarinos. 

En este caso, Dmitri Medvédev había criticado repetidamente en redes sociales el nuevo ultimátum de diez días impuesto por Washington a Moscú para poner fin a la guerra en Ucrania.  

En X, el expresidente ruso había planteado la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial si Donald Trump persistía en presionar a Vladimir Putin. En Telegram, Dmitri Medvédev planteó la amenaza de las armas nucleares.   

Sin embargo, "caer en la trampa de las provocaciones de Dmitri Medvédev puede parecer sorprendente", señala Stephen Hall, especialista en Política Rusa de la Universidad de Bath. 

"Si queremos saber qué piensa Vladimir Putin y, sobre todo, qué quiere comunicar al mundo, no es a Dmitri Medvédev a quien debemos escuchar, sino a Serguéi Lavrov", el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, añadió Jenny Mathers, especialista en Seguridad Rusa de la Universidad de Aberystwyth. 

El expresidente de Rusia, quien estuvo en el poder entre 2008 y 2012, se ha acostumbrado a las declaraciones escandalosas en los últimos años. 

Su cuenta de Telegram, seguida por más de un millón de internautas, está llena de provocaciones que rozan el insulto. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, fue catalogada como una "abuela histérica" por Medvédev. 

En otra ocasión, acusó a Francia de ser nostálgica del régimen de Vichy, mientras que a los países bálticos los describió simplemente como "patéticos". Y todo esto en un solo mensaje, visto por más de tres millones de usuarios de Telegram. 

¿Por qué el odio? Dmitri Medvédev se jacta de ello, afirmando que "el odio es un arma formidable". 

"Lo interesante es que siempre ha encarnado una versión más extrema del rostro que Vladimir Putin quería mostrar al mundo", señala Jenny Mathers.   

Las dos caras de Dmitri Medvédev   

En 2008, cuando Dmitri Medvédev ascendió al máximo cargo del Kremlin, era el momento propicio para el deseo de Vladimir Putin de acercarse a los Estados Unidos de Barack Obama.  

"Se presentó como un político moderado y liberal capaz de estar en sintonía con Occidente porque sabía usar Twitter y un iPad", resume Stephen Hall. 

A ojos de Vladimir Putin, Dmitri Medvédev también contaba con otra ventaja: "No pertenecía al círculo de los 'siloviki', hombres del aparato de seguridad del Estado, y su formación jurídica lo convertía en un buen candidato para encarnar una Rusia más moderna", subraya el catedrático de la Universidad de Bath.   

El regreso de Putin al poder en 2012 marcó el inicio de un giro más autoritario para el Gobierno ruso. "Desde entonces, Medvédev ha estado haciendo declaraciones mucho más extremas de lo que el presidente ruso se permitiría", enfatiza Jenny Mathers. 

Para el exmandatario, "es en parte una cuestión de supervivencia política", afirma Stephen Hall.    

La carrera de Dmitri Medvédev ha ido en declive desde 2012. Pasó de la más alta esfera del poder a primer ministro, terminando como vicepresidente del Consejo de Seguridad, un cargo de menor cuantía. 

"Ni siquiera es el jefe de ese organismo, pero al menos es un cargo oficial que le permite hablar sobre asuntos de seguridad nacional, que lo es prácticamente todo", cree Jenny Mathers. 

Aun así, "en este puesto, no juega un papel decisivo. El vicepresidente probablemente necesita poder firmar documentos, organizar reuniones y servir té a funcionarios como Nikolai Patrushev y Sergei Shoigu, los dos secretarios generales del Consejo de Seguridad", asegura Stephen Hall.  

¿Provocar para ganar?   

Al buscar relevancia mediática, Dmitri Medvédev espera demostrar que existe y que puede ser útil. ¿Cómo? "Se asemeja un poco al difunto Vladimir Zhirinovsky, el exlíder ultranacionalista fallecido en 2022. Al igual que este último, hace propuestas y declaraciones extremistas y provocadoras, lo que permite a las autoridades rusas comprender qué podría resonar en la opinión pública", afirma Hall. 

En el escenario internacional, el Kremlin puede dejar actuar a su principal provocador "sin demasiado riesgo. Al fin y al cabo, no ocupa un cargo muy importante. Así que, si una de sus declaraciones se excede, Vladimir Putin siempre puede alegar que no refleja la postura oficial de las autoridades rusas", señala Mathers. 

Por otra parte, el Gobierno ruso aspira a que alguna provocación del expresidente haga pensar dos veces a los países occidentales sobre si apoyar las peticiones de Kiev: "Moscú sabe que las democracias occidentales no pueden ignorar por completo las amenazas de Dmitri Medvédev, aunque sepan que en el 99 % de los casos son solo bravuconadas", señala Stephen Hall.   

¿Ha cruzado finalmente Dmitri Medvédev la línea roja con Donald Trump? 

Los expertos entrevistados por France 24 dicen que aún es muy pronto para saberlo. El presidente de Estados Unidos llevaba tiempo amenazando con alzar la voz y tomar medidas más concretas contra Rusia, aunque "difícilmente podría haber atacado directamente a Vladímir Putin, con quien Washington debe negociar el fin de la guerra en Ucrania", argumenta Stephen Hall. 

Dmitri Medvédev se perfilaba, en este sentido, como la víctima sacrificial definitiva de la ira de Trump. "Tiene la ventaja de ser expresidente, por lo que podría ser un interlocutor válido para un intercambio diplomático a través de las redes sociales con Trump", concluye Hall. 

Comentarios