MADRID (apro).— Al cumplirse 20 años del atentado terrorista en las estaciones de trenes en Madrid, el mayor perpetrado en suelo europeo, hubo varios actos para honrar a las 193 víctimas mortales y unos dos mil heridos, sin embargo, la voz discordante fue el expresidente José María Aznar que sigue justificando la mentira de su gobierno pretendiendo atribuir el ataque a la banda terrorista ETA, para beneficiar electoralmente a su partido, el Partido Popular.

En un comunicado, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside Aznar, se reitera en que “nunca, jamás llegó a manos del gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista”.

Esto a pesar de que a lo largo de estos 20 años, el juicio contra los culpables e investigaciones periodísticas, han demostrado que el mismo día de los ataques se tuvieron indicios que señalaban al yihadismo como el responsable del ataque.

La llamada como “teoría de la conspiración” fue alimentada por periodistas y medios afines a Aznar y al PP, como Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo y Federico Jiménez Losantos, conductor principal de la Cadena COPE (propiedad de los obispos de España), entre otros.

Fueron los mismos medios donde se iniciaron duras campañas en contra del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien ganó las elecciones generales y alcanzó la presidencia, tres días después de los atentados.

Nuevos detalles siguen desmontando la mentira de Aznar, como el hecho de que la Guardia Civil interceptó una comunicación entre miembros de ETA afincados al sur de Francia, a las 8:00 horas del 11M, media hora después del ataque, comentar el atentado y decir la frase, “han tenido que ser los moros”, en alusión a marroquíes o árabes, como lo da a conocer hoy el periódico La Vanguardia.

Eldiario.es, a su vez, publica en exclusiva que los servicios antiterroristas de la Policía Vasca (Ertzaintza), elaboraron un informe secreto el 12 de marzo, titulado “Repercusiones del atentado de Atocha” en el que explicaban que el gobernó de José María Aznar movilizó a los espías del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en Euskadi “para buscar informaciones que relacionaran a ETA” con la autoría de la masacre ocurrida en Madrid, 24 horas antes.

Un confidente les dijo el gobierno de Aznar estaba “intentando por todos los medios relacionar a ETA con los árabes hasta después de las elecciones” generales, que iban a tener lugar 48 horas después. “Si esto no se conseguía, todos se iban al paro (despedidos)”, publica el medio este día, en el que queda en evidencia las maniobras para manipular a la opinión pública que puso en marca el Ejecutivo después del ataque.

El 11 de marzo de 2004, a las 7:39 horas, tres bombas estallaron en un distintos vagones del tren que llegaba a Atocha procedente de Guadalajara. Tres minutos después cuatro bombas más explotaban en un convoy que circulaba a 500 metros de esa estación, a la altura de la madrileña calle Téllez.

Simultáneamente otras dos explosiones se registraron en la estación del Pozo del Tío Raimundo y una última en la de Santa Eugenia. En total diez bombas que cuatro trenes que circulaban en hora punta, con cientos de trabajadores y estudiantes procedentes de Alcalá de Henares y otros periféricos de Madrid.

Pedagogía para la paz

El día de Día Europeo de Recuerdo de las Víctimas de Terrorismo fue presidido por los reyes Felipe y Letizia, donde el monarca consideró que la celebración de los memoriales son el principal “antídoto contra la radicalización de nuestras sociedades” y los consideró un acto de “pedagogía” para la paz.

Felipe VI recordó cómo Madrud, sumida en una gran conmoción por el ataque, fue un “ejemplo de solidaridad que continuamos admirando 20 años después”.

"En unos segundos o minutos todos tuvimos clara la naturaleza dolorosa y asesina de aquel horror que nos causó al instante un nudo en el estómago que tardaría mucho en desaparecer y que, de hecho, pervive al recordarlo”, dijo.

 El presidente español, Pedro Sánchez, enumeró que en esta fecha se debe abrigar “memoria, verdad, justicia y reparación” como el acto de dignidad para las víctimas de los atentados.

 “La dignidad de las víctimas, los familiares, las fuerzas de orden y seguridad del Estado que luchan día a día contra la lacra del terrorismo y del conjunto de la sociedad que, lejos de olvidar, recuerda. En frente, fanáticos de toda índole se cobran la vida de inocentes por pretensiones egoístas, pero nunca podrán destruir la democracia”, dijo.