LONDRES (AP) — El gobierno británico fortalecerá las medidas de seguridad en torno a los parlamentarios ante amenazas vinculadas con la guerra entre Israel y Hamás.

El Ministerio del Interior indicó el miércoles que un fondo de 31 millones de libras (40 millones de dólares) dará a cada legislador un “contacto policial dedicado” y dinero para que quienes hayan recibido amenazas puedan pagar seguridad privada.

El gobierno señaló que parte del dinero irá a proteger más ampliamente “los procesos democráticos de la intimidación, la interferencia o la subversión” de cara a las elecciones generales que se realizarán este año. El fondo incluye dinero para patrullas policiales adicionales en zonas donde las tensiones han aumentado.

Las divisiones en torno al conflicto en Gaza han convulsionado a la política británica, y algunos parlamentarios dicen que temen por su seguridad luego de recibir amenazas por sus posiciones en torno a la guerra. Las denuncias de insultos antisemitas y antislámicos se han disparado en Reino Unido desde el ataque perpetrado por el grupo palestino Hamás contra Israel el 7 de octubre.

Un debate la semana pasada en la Cámara de los Comunes sobre si pedir un cese al fuego degeneró en el caos en medio de denuncias de que el titular de la cámara violó las normas parlamentarias bajo presión de activistas propalestinos.

El parlamentario conservador Mike Freer anunció su renuncia debido a los insultos y amenazas recibidos por su respaldo a Israel. Freer dijo que el intento de prenderle fuego a su oficina en diciembre fue “la última gota”.

Indicó que crear ese fondo para la seguridad es solamente “lidiar con el síntoma” en lugar de “ir a la raíz del problema” de por qué la gente se siente con derecho a amenazar a los políticos.

“La seguridad es bienvenida”, declaró Freer a Times Radio. “Pero francamente, a menos que vayas a la raíz del problema, tendrás que erigir muros de acero alrededor de cada parlamentario. Y todo nuestro sistema democrático cambiaría”.

Los parlamentarios británicos tienen la tradición de reunirse regularmente con sus constituyentes, pero las medidas de seguridad se han incrementado en la última década. En 2016, la parlamentaria laborista Jo Cox fue asesinada por un extremista ultraderechista, y el conservador David Amess fue asesinado en 2021 por un atacante que se inspiró en el grupo extremista Estado Islámico.