Bashar Assad

Cae gobierno sirio y pone fin a 50 años de dominio de la familia Assad

El director de un grupo de monitoreo opositor de la guerra en Siria dijo que el presidente Bashar Assad había abandonado el país hacia un lugar desconocido, tras huir de los insurgentes que dijeron haber entrado en Damasco después de un sorprendente avance a través del país.
sábado, 7 de diciembre de 2024 · 22:58

BEIRUT, Líbano (AP) — El gobierno sirio parecía haber caído a primera hora del domingo en un sorprendente final para los 50 años de dominio de la familia Assad tras una ofensiva relámpago de los rebeldes.

El director de un grupo de monitoreo opositor de la guerra en Siria dijo que el presidente Bashar Assad había abandonado el país hacia un lugar desconocido, tras huir de los insurgentes que dijeron haber entrado en Damasco después de un sorprendente avance a través del país.

 

 

El primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali, dijo que el gobierno estaba listo para “extender su mano” a la oposición y entregar sus funciones a un gobierno de transición.

“Estoy en mi casa y no he salido, y esto es debido a mi pertenencia a este país”, dijo Jalali en un video. Afirmó que iría a su oficina por la mañana para continuar sus labores y llamó a los ciudadanos sirios a no dañar la propiedad pública.

No dijo nada sobre los reportes de que Assad había abandonado el país.

Rami Abdurrahman, del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, dijo a The Associated Press que Assad salió vía aérea desde Damasco a primeras horas del domingo.

La televisión estatal en Irán, el principal respaldo de Assad en los años de guerra en Siria, informó que Assad había dejado la capital. Citó a la red de noticias Al Jazeera de Qatar para la información y no dio más detalles.

No hubo un comunicado inmediato del gobierno sirio.

Un periodista de The Associated Press en Damasco informó que vio a grupos de residentes armados a lo largo de la carretera en las afueras de la capital y escuchó sonidos de disparos. La sede principal de la policía de la ciudad parecía estar abandonada, su puerta estaba entreabierta sin oficiales afuera.

Otro periodista de AP grabó imágenes de un puesto de control del ejército abandonado donde los uniformes estaban descartados en el suelo bajo un póster con la cara de Assad.

 

 

Los residentes de la capital informaron haber escuchado disparos y explosiones. Imágenes transmitidas en medios vinculados a la oposición mostraron un tanque en una de las plazas centrales de la capital mientras un pequeño grupo de personas se reunía en celebración. Llamadas de “Dios es grande” resonaban desde las mezquitas.

Fue la primera vez que las fuerzas de oposición alcanzaron Damasco desde 2018, cuando las tropas sirias recapturaron áreas en las afueras de la capital después de un asedio de varios años.

La radio pro-gobierno Sham FM informó que el aeropuerto de Damasco había sido evacuado y todos los vuelos detenidos.

Los insurgentes también anunciaron que habían entrado en la prisión militar de Saydnaya, al norte de la capital, y que “liberaron” a sus prisioneros allí.

La noche anterior, las fuerzas de oposición tomaron la ciudad central de Homs, la tercera más grande de Siria, mientras las fuerzas gubernamentales la abandonaban. La ciudad está en una intersección importante entre Damasco, la capital, y las provincias costeras de Siria de Latakia y Tartus — la base de apoyo del líder sirio y hogar de una base naval estratégica rusa.

Los rebeldes ya habían tomado las ciudades de Alepo y Hama, así como grandes partes del sur, en una ofensiva relámpago que comenzó el 27 de noviembre. Los analistas dijeron que el control rebelde de Homs sería un cambio de juego.

Los movimientos de los rebeldes hacia Damasco llegaron después de que el ejército sirio se retirara de gran parte del sur del país, dejando más áreas, incluidas varias capitales provinciales, bajo el control de los combatientes de la oposición.

La caída de Damasco dejaría a las fuerzas gubernamentales en control de sólo dos de las 14 capitales provinciales: Latakia y Tartus.

Los avances de la última semana fueron, con mucho, los más grandes en años recientes por parte de las facciones opositoras, lideradas por un grupo que tiene sus orígenes en Al Qaeda y al cual Estados Unidos y la ONU consideran una organización terrorista. En su intento por derrocar al gobierno de Assad, los insurgentes, liderados por el grupo Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, han encontrado poca resistencia del ejército sirio.

Los rápidas avances rebeldes, junto con la falta de apoyo de los antiguos aliados de Assad, plantean la amenaza más seria a su gobierno desde el inicio de la guerra.

El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llamó el sábado a conversaciones urgentes en Ginebra para asegurar una “transición política ordenada”. En declaraciones a la prensa en el Foro de Doha, en Qatar, dijo que la situación en Siria cambia minuto a minuto. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, cuyo país es el principal respaldo internacional de Assad, dijo que sentía “lástima por el pueblo sirio”.

En Damasco, la gente se apresuró para abastecerse de suministros. Miles de personas huyeron a la frontera de Siria con Líbano, tratando de salir del país. Las autoridades de la frontera libanesa cerraron el principal cruce fronterizo de Masnaa la noche del sábado, dejando a muchas personas a la espera.

En la capital, muchas tiendas estaban cerradas, dijo un residente a The Associated Press, y las que permanecían abiertas se quedaron sin productos básicos, como el azúcar. Algunas tiendas vendían artículos tres veces más caros de lo normal.

Naciones Unidas dijo que, como medida preventiva, estaba retirando a personal no esencial del país.

La situación de Assad

La prensa estatal de Siria negó los rumores que circulaban en redes sociales de que Assad había salido del país, diciendo que desempeña sus funciones en Damasco.

Contaba con poca o nula ayuda de sus aliados. Rusia está ocupado con su guerra en Ucrania. El poderoso grupo libanés Hezbollah, que en un momento dado envió a miles de combatientes para respaldar a las fuerzas de Assad, ha sido debilitado por un conflicto con Israel, que ya ha durado un año. Mientras tanto, Irán ha visto cómo sus representantes en la región se han debilitado por los continuos ataques aéreos israelíes.

El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó el sábado en redes sociales que Estados Unidos debería evitar involucrarse militarmente en Siria. Por separado, el asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden dijo que su gobierno no tenía intención de intervenir en la región.

Pedersen dijo que más tarde se anunciaría una fecha para las conversaciones en Ginebra sobre la implementación de la Resolución 2254 de la ONU. En la resolución, adoptada en 2015, se hacía un llamado a un proceso político liderado por Siria, comenzando con el establecimiento de un órgano de gobierno de transición, seguido por la redacción de una nueva Constitución y finalmente, con elecciones supervisadas por la ONU.

Más tarde el sábado, ministros de Relaciones Exteriores y diplomáticos de alto nivel de ocho países clave, incluidos Arabia Saudí, Rusia, Egipto, Turquía e Irán, junto con Pederson, se reunieron al margen de la Cumbre de Doha para discutir la situación en Siria.

En un comunicado emitido el sábado por la noche, los participantes afirmaron su apoyo a una solución política a la crisis siria “que llevaría al fin de la actividad militar y protegería a los civiles”. También acordaron la importancia de reforzar las labores internacionales para aumentar la ayuda al pueblo sirio.

La marcha de los insurgentes

Hassan Abdul-Ghani, comandante de los insurgentes, publicó en la aplicación de mensajes Telegram que las fuerzas de la oposición habían comenzado la “etapa final” de su ofensiva al rodear Damasco.

El HTS controla gran parte del noroeste de Siria y en 2017 estableció un “gobierno de salvación” para administrar los asuntos cotidianos de la región. En los últimos años, el líder de HTS, Abu Mohammed al-Golani, ha buscado cambiar la imagen del grupo, cortando lazos con Al Qaeda, deshaciéndose de funcionarios de línea dura y prometiendo una política de pluralismo y tolerancia religiosa.

La ofensiva sorpresa comenzó el 27 de noviembre, durante la cual hombres armados capturaron la ciudad norteña de Alepo, la más grande de Siria, y la ciudad central de Hama, la cuarta ciudad más grande del país.

Activistas de la oposición dijeron el sábado que un día antes los insurgentes entraron en Palmira, que alberga sitios arqueológicos invaluables y había estado en manos del gobierno desde que fue tomada del grupo Estado Islámico en 2017.

Hacia el sur, las fuerzas sirias se retiraron de gran parte de la provincia de Quneitra, dijeron los activistas.

El gobierno sirio se ha referido a los hombres armados de la oposición como terroristas desde el inicio del conflicto, en marzo de 2011.

El jefe de la diplomacia qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, criticó a Assad por no aprovechar la pausa en los combates de los últimos años para abordar los problemas subyacentes del país. “Assad no aprovechó esta oportunidad para comenzar a involucrarse y restaurar su relación con su pueblo”, afirmó.

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