Donald Trump
Gabinete de multimillonarios: Trump apunta a un segundo mandato rodeado de los más ricos
El magnate ha apuntado a un gabinete de su segundo gobierno con la riqueza como protagonista. Nombres como Elon Musk, Vivek Ramaswamy y Linda McMahon componen la administración más rica de la historia, con un valor acumulado de más de 300 mil millones de dólares. ¿Democracia o plutocracia?En su campaña rumbo a las elecciones del 5 de noviembre, Donald Trump basó su plataforma política en una narrativa dirigida a la clase media estadunidense, apelando a una presunta crisis de representación en una Casa Blanca plagada de burócratas elitistas desconectados de la realidad del trabajador promedio, que había sido olvidado por el progresismo.
Trump triunfó de la mano de las clases populares estadunidenses, a quienes les prometió un futuro más próspero a través de políticas nacionalistas que beneficiaran el bolsillo del ciudadano promedio. Hoy, como presidente electo, Trump se ha rodeado del 1% más rico de Estados Unidos para gobernar el país por los próximos cuatro años.
La dualidad trumpista se ha ido acentuando conforme el presidente electo ha ido revelando los nombres de sus nominados para componer su próximo equipo presidencial, en el que al menos 11 de ellos tienen varios miles de millones de dólares en sus cuentas de banco.
CEO de gigantes tecnológicos, directores financieros en Wall Street y empresarios son los encomendados para defender los intereses populares dentro de un país donde la media de riqueza entre las familias estadounidenses llega a los 192 mil dólares.
En una sociedad cada vez más desigual, con el abismo entre el 1% más rico y los más pobres creciendo año con año, el segundo Gobierno del magnate republicano se vislumbra con sostener una estrategia económica, política y social construida por los más ricos, pero también que solo beneficia a los más ricos.
"Las pautas que hemos observado a lo largo de las décadas que llevamos siguiendo el dinero en la política es que, en la mayoría de los casos, sí influye en las decisiones políticas", afirma Hilary Braseth, directora ejecutiva de la ONG 'OpenSecrets', para la revista 'Politico'.
La Casa Blanca más rica de toda la historia
Aunque el grueso de las nominaciones trumpistas para el gabinete presidencial y demás puestos de alto rango todavía tienen que ser confirmados por el Senado, el equipo planteado para la segunda Administración de Donald Trump pinta como el más rico en toda la historia estadounidense, con alrededor de 340 mil millones de dólares acumulados entre todos. En comparación, la Administración Biden tenía un valor total de unos 118 millones de dólares cuando inició su período.
Iniciando por el presidente, Donald Trump tiene una fortuna personal valorada en unos 5.500 millones de dólares, confirmándose como el mandatario más rico en la historia del país, algo que ya había conseguido en 2016.
Sin embargo, la mayor parte de la riqueza acumulada del Gobierno más rico en Estados Unidos está a nombre de Elon Musk, la persona más rica del mundo, según Forbes, que tiene unos 300 mil millones de dólares en el banco.
Musk encabezará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) junto con otro millonario y fiel aliado de Trump, Vivek Ramaswamy, que hizo su fortuna valuada en poco más de mil millones de dólares en la industria farmacéutica. La misión de ambos será elaborar una estrategia para recortar los gastos del Gobierno estadounidense al mínimo, lo que podría mermar el ya desarticulado estado de bienestar en el país.
Otros nombres en la próxima Administración trumpista también resaltan por el número de ceros en sus cuentas de banco.
Linda McMahon, nominada para ser secretaria de Educación, es la antigua directora operativa de la empresa de lucha libre más grande de Estados Unidos, con una fortuna compartida con su esposo, Vince, de más de tres mil millones de dólares; Howard Lutnick, nominado para secretario de Comercio, CEO de Cantor Fitzgerald, con un valor de dos mil millones de dólares; y Doug Burgum, empresario y gobernador de Carolina del Norte, con unos mil 100 millones de dólares a su nombre.
Además, Trump también ha repartido puestos a figuras más cercanas a él, e igualmente de millonarias.
Charles Kushner, consuegro de Trump, es el nominado a embajador en Francia; Steve Witkoff, socio del presidente electo en sus inversiones dentro de Nueva York, como enviado especial a Medio Oriente; y Warren Stephens, director de un fondo de inversión cercano a la campaña trumpista, como embajador en Reino Unido.
Para algunos, los nombramientos de Trump no responden a una necesidad política fraguada por una estrategia construida desde su campaña, sino que como una suerte de capitalismo clientelista en el que el presidente electo de Estados Unidos está dejando el timón del país en manos de su millonario círculo más cercano.
“Está nombrando a sus amigos ‘infernalmente ricos’ para encargarse de cada faceta de nuestra economía, corrompiendo el gobierno a expensas de los estadounidenses ordinarios”, dijo la senadora demócrata Elizabeth Warren la semana pasada.
Además, el Gobierno más rico en la historia del país provoca preocupación por un posible conflicto de intereses entre la faceta empresarial de los multimillonarios y su deber ético como servidores públicos estadounidenses.
Delaney Marsco, directora de Ética de la organización Campaign Legal Center, mencionó que la decisión de Trump de atiborrar de millonarios su equipo de Gobierno "abre la puerta a que haya muchos más posibles conflictos de intereses porque su patrimonio personal es muy vasto". Ella resaltó además la amenaza que esto supone para la estabilidad en la política sanitaria, social y económica del país.
Menos impuestos, menos regulación y más aranceles: el sueño del 1%
En el camino al 5 de noviembre, Musk fue sumamente activo en su participación en mítines políticos en favor a Trump, adelantando que, como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), su misión principal estaría en reducir los impuestos a los más ricos, desregularizar la legislación sobre los automóviles autónomos y los viajes espaciales, además de recortar alrededor de 2 billones de dólares en servicios públicos, como el Medicare, la seguridad social y la educación.
Aunque el magnate sudafricano reconoce que estos recortes provocarán "dificultades" para el estadounidense promedio, Musk promete un mejor futuro a costa del sacrificio del presente. Las críticas no han tardado en llegar y algunos expertos afirman que la relación entre el dinero y el poder político está inclinada a los intereses personales de los multimillonarios.
Darrian Stacy, profesor de Ciencia Política en la Academia Naval de Estados Unidos, afirma que existen estudios que demuestran que los individuos con contextos más privilegiados en los Gobiernos del mundo son "menos proclives a dar prioridad a políticas que aborden aspectos como la desigualdad, la pobreza y las redes de seguridad social".
"Existe evidencia de que también podrían favorecer inconscientemente algunas políticas que se alinean con sus propias experiencias y prioridades, lo que, si lo que se pretende es abordar la desigualdad, esos sesgos inconscientes podrían perpetuar la desigualdad.", sentenció Stacy en una entrevista para el medio británico 'NPR'.
Para llegar a la Casa Blanca, Donald Trump empuñó un discurso político que apeló al sentimiento nacionalista en combinación con la clase social. Dirigido a las clases trabajadoras menos beneficiadas de la economía estadounidense – los 'blue collar' –, Trump condenó a la globalización y las élites demócratas como los culpables de un sistema que los había dejado atrás.
Empero, lo que se vislumbra en el futuro no es una mejora en las condiciones materiales de las clases populares, según algunos expertos.
David Kass, director ejecutivo de la organización Americans for Tax Fairness (Estadounidenses por una tributación justa), calificó el próximo Gobierno de Trump como "un gobierno de multimillonarios para multimillonarios", afirmando que su objetivo central será rebajar los impuestos para los más ricos, a costa de una subida de precios y disminución de servicios públicos esenciales a los más pobres.
"Creo que lo que va a pasar es que la gente dirá: 'eso no es realmente lo que yo quería. Los ricos ya son suficientemente ricos y no necesitan más recortes fiscales. ¿Qué tal si me ayudan a mí?' Creo que va a haber una gran movilización contra esto.", lamentó Kass en declaraciones al diario británico 'The Guardian'.
La idea de "devolverle Estados Unidos a los estadounidenses", de repente se convirtió en devolverle los trabajos a los trabajadores estadounidenses. Trump, magnate empresarial de familia acomodada, se reconstruyó como un campeón de los trabajadores estadounidenses, quienes vieron en él una oportunidad para trasladar sus voces e intereses a la Casa Blanca.
Ahora, los CEO de Wall Street, empresarios de bienes raíces, farmacéuticos y el hombre más rico del mundo tienen la encomienda de representar a personas que necesitarían miles de años de trabajo para equiparar las ganancias que el selecto grupo de millonarios trumpistas gana en un año.