PARÍS (France 24).- Sucesor de Michel Barnier, François Bayrou se convirtió este viernes en el cuarto primer ministro francés designado este año por Emmanuel Macron. Al centrista Bayrou se le han confiado las riendas de Matignon y tendrá la difícil tarea de sacar a Francia del estancamiento político y económico, conciliando a las diversas fuerzas de oposición. 

Hijo del suroeste francés, François Bayrou, de 73 años, tiene una larga carrera política, a veces turbulenta. Tres veces candidato a la Presidencia, es también líder del Movimiento Democrático (MoDem), creado en 2007 para presentarse a las elecciones presidenciales, en las que quedó tercero y fuera de la segunda vuelta. 

Bayrou se hizo conocido por el público francés cuando fue ministro de Educación, entre 1993 y 1997 en un gobierno conservador. 

Después de tres intentos infructuosos como candidato presidencial en 2002, 2007 y 2012, el alcalde de Pau decidió en 2017 formar una alianza con Emmanuel Macron, "un gesto de abnegación" frente al "brote de extrema derecha que hace plantarse la amenaza de un peligro inmediato para nuestro país y para Europa", dijo Bayrou en ese momento. Desde entonces se convirtió en un poderoso aliado y consejero del oficialismo. 

Fue también nombrado ministro de Justicia a inicios del primer mandato de Emmanuel Macron en 2017. Una efímera experiencia de apenas unas semanas debido a la apertura de una investigación judicial en un caso que señaló a su partido de haber desviado fondos que debían usarse para pagar sueldos de asistentes parlamentarios en la Eurocámara y que fueron usados para gastos de la formación en territorio francés.  

Centrista y conciliador 

Bayrou es admirador de Enrique IV, rey francés de finales del siglo XVI, a quién dedicó un libro en 1994 y que mencionó en su primera declaración tras su nominación como primer ministro. Estima que con su reino “inició el centrismo”, en una época en la cual Francia estaba desgarrada por las guerras religiosas entre protestantes y católicos. 

El centrista deberá utilizar toda su experiencia política y sus dotes de conciliador para hacer frente a una Asamblea Nacional fragmentada, donde la coalición izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) y la formación de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) están en una emboscada, listos para un nuevo voto de censura, mientras ningún partido tiene mayoría. 

Se espera que Bayrou celebre conversaciones con líderes políticos de diversos partidos en los próximos días para elegir nuevos ministros. También que algunos conservadores formen parte del nuevo Gobierno. 

La estrategia de Macron tiene como objetivo evitar que la lideresa de la extrema derecha, Marine Le Pen, tenga una influencia sobre el Ejecutivo. Le Pen ayudó a expulsar a Barnier uniendo las fuerzas de su partido, Agrupación Nacional, a las de la izquierda para aprobar la moción de censura la semana pasada. 

El presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, dijo que su partido tomará un enfoque de esperar y ver por ahora. "Nuestras líneas rojas siguen ahí, no van a cambiar", advirtió. Bayrou, por su parte, cultiva relaciones de cortesía con Marine Le Pen que podrían ayudar a la contención esperada.