Elecciones en Estados Unidos
Desconfianza, violencia política y desinformación: el fantasma del asalto al Capitolio planea sobre EU
El clima de nerviosismo se ve agravado por los recientes intentos de asesinato contra el candidato republicano y la retórica violenta que predomina en la campaña. Con este precedente y un clima caldeado, ¿podría repetirse la historia? Lo analizamos.La tensión se toma las calles de Washington D.C. a medida que se acercan los comicios presidenciales en Estados Unidos. La jornada electoral revive los recuerdos de los habitantes de la capital sobre lo ocurrido hace cuatro años, aquel 6 de enero de 2021, un ataque sin precedentes a las instituciones del país que cambió la manera de concebir la política de la primera potencia.
Los funcionarios locales se llevan preparando hace casi un año —señala un informe de ‘The Washington Post’— reforzando la seguridad de la ciudad y también “aplicando lecciones aprendidas de las oleadas de activismo y violencia que marcaron los ciclos electorales anteriores”.
Puntos neurálgicos de la urbe han sido testigos de la instalación de vallas y controles más estrictos de seguridad.
La Policía del Capitolio ha aumentado sus agentes a 2.100, esto quiere decir, unos 300 más que en enero de 2021.
Sin embargo, a pesar del refuerzo de la seguridad, hay un especial nerviosismo pocas veces visto en Estados Unidos frente a unas elecciones. Medios locales y analistas no dejan de lado la posibilidad de un nuevo levantamiento o de una respuesta masiva en las calles a los resultados de los comicios, sobre todo tras una campaña presidencial que ha sido marcada por una flagrante violencia política.
En los últimos meses, Estados Unidos presenció dos intentos de asesinato contra el candidato republicano y expresidente Donald Trump y tres tiroteos en dependencias de los demócratas en Arizona, entre otros hechos que han encendido las alarmas de los estadounidenses.
Ante este panorama de crisis de desconfianza en las instituciones, aumento de la violencia política y desinformación, abordamos el asalto al Capitolio del 6 de enero, la posibilidad de un desconocimiento —o no— de los resultados electorales y la reacción de una población que llega a unas elecciones en medio de varias crisis y una profunda polarización.
El recuerdo del 6 de enero de 2021, presente en la contienda electoral
Como era de esperarse, los acontecimientos vividos en EE. UU. ese 6 de enero de 2021, y seguidos por todo el mundo, han marcado la presente campaña electoral.
Sobre todo porque uno de los candidatos jugó un rol protagónico aquel día y está siendo juzgado por ello. Donald Trump ha sido cuestionado en múltiples ocasiones sobre su responsabilidad en el asalto al Capitolio.
Aunque las respuestas del magnate republicano han tenido varios matices, el expresidente se ha desligado de lo ocurrido, ha buscado minimizar los hechos y ha usado la confusión como estrategia en este caso que es debatido en los tribunales. De hecho, en una reciente aparición en 'Univision', catalogó la jornada que dejó cuatro personas muertas y decenas de heridos como “un día de amor”.
Unas declaraciones que contrastan con la investigación en curso contra el exmandatario presentada por el fiscal especial Jack Smith, en el que asegura que Trump había planeado declarar la victoria en las elecciones de 2020 sin importar el resultado y que "recurrió a delitos para tratar de mantenerse en el cargo".
El expresidente niega todas esas acusaciones y asegura que se trata de un intento político de truncar su camino hacia la Casa Blanca.
Según analistas, un discurso como este tiene consecuencias en el ya enrarecido clima político que vive Estados Unidos.
"El problema es que especialmente la campaña de Trump ha forjado una sombra de dudas sobre la integridad del sistema electoral (...) Creo que hay una gran posibilidad de violencia, por lo menos caos después de las elecciones", señala Scott Morgenstern, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Pittsburgh.
En la otra orilla, la candidata demócrata, Kamala Harris, ha buscado atacar a su contendiente sobre su papel en el asalto del Capitolio y ha sido incisiva en recalcar la gravedad de lo sucedido.
En el único debate cara a cara, Harris destacó que 140 agentes de seguridad resultaron heridos y mencionó que algunos perdieron la vida.
Para todos los que recuerdan lo que fue el 6 de enero, les digo que no tenemos que volver. No volvamos. Es hora de pasar la página
La pregunta que planea en Estados Unidos es si Donald Trump reconocerá los resultados si pierde las elecciones y cuáles serán las consecuencias.
"Me parece seguro que Trump desconocerá una derrota, ya que ha dicho que sólo puede perder si la elección es fraudulenta. Lo mismo anunció hace cuatro años y desconoció los resultados", señala Ignacio Arana, profesor de Ciencia Política de Carnegie Mellon University.
Reportes de amenazas y alertas sobre violencia
En medio de este ambiente, las alertas sobre posibles reacciones violentas en el país son múltiples.
Para María Puerta-Riera, profesora de Ciencia Política en Valencia College en Orlando, Florida, “la preocupación a nivel local se debe a las constantes amenazas que los trabajadores de los centros electorales continúan recibiendo”.
De hecho, un boletín de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional y el FBI advirtió sobre la posible violencia de extremistas domésticos con quejas electorales, quienes podrían atacar a candidatos, funcionarios, y eventos relacionados con las elecciones hasta enero de 2025. Entre los posibles objetivos —señala el texto— estarían trabajadores electorales, medios y partidos políticos.
Por otra parte, existe la posibilidad de que los resultados de las elecciones lleven a una reacción violenta por parte de algunos grupos del electorado. Según señala Arana, "no se puede descartar que los resultados sean recibidos con focos de violencia civil".
El analista argumenta que el riesgo recae, sobre todo, en la “polarización” que vive Estados Unidos, en donde "hay encuestas que alertan de un aumento de la tolerancia civil al uso de la violencia política para 'salvar el país'".
Además, los expertos parecen coincidir en que los lugares más propensos a sufrir de una posible ola la violencia dentro del país son centros locales, con menor presencia de las fuerzas del orden.
"Pueden atacar otros lugares que no sean tan seguros, como las sedes locales donde cuentan los votos, por ejemplo. (...) Lugares pequeños, sin tanto presupuesto, que no van a tener tanta seguridad y son muy vulnerables", recalca Morgenstern.
¿Podría repetirse un asalto al Capitolio?
Aunque la violencia es más que latente en Estados Unidos, los expertos consultados por France 24 aseguran que es poco probable que se presente un episodio como el del 6 de enero de 2021. Esto, debido al endurecimiento de los controles, el traslado de más efectivos y también el estado de alerta en la que se encuentran las autoridades del país.
“Las probabilidades de que ocurra un nuevo asalto al Capitolio son muy bajas y es casi imposible que tenga la significancia de 2021. Lo primero porque las penas de los asaltantes han sido muy severas, y lo segundo porque el Congreso tiene una policía exclusiva que lo resguarda”, argumenta Arana.
Algo que apoya Morgenstern, quien asegura que no cree que haya otro ataque al Capitolio o a sedes del poder en la capital. “El Gobierno y las Fuerzas de Seguridad van a estar más listos para tal ataque”, asegura.
Sin embargo, el riesgo no ha desaparecido por completo.
Puerta-Riera señala que “el monitoreo de grupos extremistas sigue alertando sobre la posibilidad de una reacción violenta entre los adeptos del expresidente Trump”.
"De haber una reacción masiva, esta no se limitaría al Capitolio que estará asegurado, pero no así miles de centros de votación", concluye.
La radicalización de los grupos extremistas
Los grupos extremistas en Estados Unidos, muchos de los cuales apoyan a Donald Trump, han crecido en número y retórica violenta desde las elecciones de 2020.
Esto se suma a una realidad a la que apunta Arana: "Hay muchísimas armas en manos civiles (121 por cada 100 habitantes) y hay muchos grupos terroristas de extrema derecha".
La desinformación sobre el proceso electoral también alimenta la tensión. Tal como señala Puerto, "el problema es exacerbado, no solamente por el mensaje del expresidente, sino por la abrumadora difusión de desinformación".
Esta combinación de factores ha generado una atmósfera de desconfianza hacia las instituciones democráticas.
Algunos de estos grupos ya han justificado actos violentos como una reacción inevitable si consideran que las elecciones han sido robadas nuevamente.
“Si no podemos mantener el poder a través de las leyes, lo haremos a través de otros medios”, advertían a France 24 algunos de los participantes a la Marcha Million MAGA, previa a las elecciones de medio término.
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Ante este clima, algunos extremistas ven a Trump como un redentor. Sin embargo, su derrota podría llevar a una escalada de la violencia política en el país, exacerbada por la creciente radicalización y la creencia de que el sistema está en su contra.
El 5 de noviembre se acerca y Washington D.C. y el país entero contienen la respiración para unos comicios determinantes para la historia de la primera potencia occidental.
Autor: Manuela Cano