Medio Oriente

De Gaza a Yemen y Pakistán: los focos de tensión se extienden por Medio Oriente

La violencia ha salido de las fronteras de Gaza y el resto del mundo observa con atención. Aquí los puntos clave en el entramado regional relacionado con la guerra entre Israel y Hamás.
viernes, 19 de enero de 2024 · 22:50

(France 24) Las hostilidades entre las fuerzas milicianas de Hamás y el Ejército de Israel han llegado a uno de los puntos más álgidos en los más de 100 días de conflicto, con nuevos focos de tensión regional. El último embate externo ha sido la confrontación bélica entre Pakistán e Irán, país que ya estaba involucrado en el conflicto debido a su cercanía con los hutíes de Yemen y con Hezbolá en el Líbano, grupos que han desafiado a Israel y a sus aliados.

La violencia ha salido de las fronteras de Gaza y el resto del mundo observa con atención. Los ataques perpetrados por el grupo palestino islamista Hamás el 7 de octubre provocaron una brutal reacción de Israel, que intensificó los bombardeos sobre la Franja de Gaza y las operaciones terrestres en la Cisjordania ocupada, causando la muerte de miles de personas y el desplazamiento forzado de millones más.

Y con la guerra, los temores de la comunidad internacional sobre una escalada en la región del Medio Oriente se han hecho realidad.

Los estragos del conflicto han provocado una intensa reacción regional que ha llevado al involucramiento indirecto de múltiples actores, incluyendo grupos como los hutíes de Yemen y Hezbolá en el Líbano, que han actuado desde sus zonas de influencia y bajo el amparo de potencias regionales.

Desde los ataques a los navíos que se dirigen a Israel a través del mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes, hasta los bombardeos iraníes en Irak y Pakistán, las hostilidades en diversos puntos del Medio Oriente parecen ser los ingredientes perfectos de una rápida escalada de la guerra en Gaza, que ya ha generado focos de inestabilidad en la zona.

Aquí los puntos clave en el entramado regional relacionado con la guerra entre Israel y Hamás.

Las tensiones entre Hezbolá e Israel explotan

Inicialmente lanzando mensajes de condena hacia Tel Aviv y sus aliados en Washington por la catástrofe humanitaria en Gaza, el grupo chiíta libanés Hezbolá ha ido intensificando su campaña en contra de Israel, llegando a hacer uso de su arsenal militar para entrar en confrontación directa con el Gobierno de Benjamín Netanyahu.

Enfrascados en un diario intercambio de misiles que inició días después del 7 de octubre, Hezbolá e Israel han recrudecido su conflictivo pasado, ambos involucrados en un conflicto directo en 2006, por la ofensiva de Hamás en supuesta defensa de la causa palestina, a la que la milicia chiíta ha mostrado su constante apoyo tanto en el discurso como en las armas.

Tras los bombardeos del pasado 2 de enero en Beirut, que se cobraron la vida del segundo al mando de Hamás, las preocupaciones en la esfera internacional crecen ante el miedo de una intervención directa de las fuerzas israelíes en territorio libanés. Las amenazas entre ambos bandos se han incrementado en el último mes.

"Quien piense en la guerra con nosotros, se arrepentirá”, advirtió el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, el pasado 6 de enero. Sus palabras recibieron respuesta del jefe del Comando Norte del Ejército israelí,Ori Gordin, quien aseveró el 16 de enero que sus fuerzas están "más preparadas que nunca" para una ofensiva terrestre en contra de la milicia libanesa.

Sin embargo, Hezbolá no ha sido el único grupo armado que se ha posicionado en contra de la ofensiva israelí dentro de la Franja de Gaza.

Los hutíes en Yemen, la pesadilla de Israel en el mar Rojo

Otro flanco externo en el conflicto israelí-palestino está en el mar Rojo, una vía de tránsito marítimo sumamente importante para el tránsito de barcos occidentales que se ha visto interrumpida por los constantes ataques de la facción rebelde más poderosa de Yemen: los hutíes.

Los rebeldes yemeníes, que lograron arrebatarle el control político de Saná, capital del país, al debilitado oficialismo respaldado por Arabia Saudita, han protagonizado múltiples secuestros y ataques a numerosas embarcaciones que transitan por el mar Rojo, afectando el comercio internacional y la economía internacional en un nivel nunca antes visto.

Sus objetivos principales son los barcos tanto de Israel como de sus aliados occidentales, intensificando los ataques contra las naves estadounidenses y británicas, lo que ha provocado la respuesta de Occidente y la formación de una alianza conformada por Francia, Reino Unido, Baréin, Canadá, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Estados Unidos y las islas Seychelles.

Además, Washington y Londres han escalado sus hostilidades con bombardeos directos sobre territorio yemení, en un esfuerzo por persuadir a los rebeldes para que cesen los asaltos en la vía marítima.

"Cuando dices si están funcionando, ¿están deteniendo a los hutíes? No. ¿Van a continuar? Sí,", respondió el presidente estadounidense, Joe Biden, a los cuestionamientos sobre si los bombardeos sobre Yemen están cumpliendo, o no, su objetivo de detener la violencia en el mar Rojo.

A pesar de su lejanía geográfica y sus distintos 'modus operandi', los hutíes y Hezbolá tienen un importante vínculo que podría ser la clave para comprender su verdadero papel en este enmarañado conflicto: el apoyo de Irán.

Irán, una pieza de engranaje en las hostilidades regionales

Desde el inicio de la reciente ofensiva de Tel Aviv en los territorios palestinos, Irán ha sido uno de los Estados más contundentes de la región al expresar su apoyo a Hamás, con quienes se presume tiene vínculos económicos y armamentísticos, lo que lo ha colocado como una pieza fundamental en esta silenciosa escalada regional del conflicto.

Tradicional potencia militar regional y contrapeso de Israel en el Medio Oriente, Teherán mantiene una red de alianzas con diversos actores armados en distintos puntos de la zona, con fuertes nexos con Hezbolá, los hutíes, Hamás, las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes y el gobierno de Bashar al-Assad en Siria.

Aunque Irán tiene un discurso amenazante con respecto a Israel, ambos países no han entrado en confrontación directa, sin embargo, Teherán afirma que bombardeó una base de espionaje israelí en Irak el pasado 16 de enero. Este hecho, aunque no se ha ganado una respuesta desde Tel Aviv, ha encendido todas las alarmas por una posible confrontación directa entre ambos, ya que Irán acusó a Israel de planear "atentados terroristas" desde dicha base.

Sin embargo, la actividad iraní en la región no solo puede entenderse por su interés en el conflicto israelí-palestino.

Los atentados terroristas del pasado 3 de enero, adjudicados por al grupo yihadista Estado Islámico, que dejaron más de 80 muertos en Irán durante un evento de conmemoración de la muerte del general Qassem Soleimani, asesinado en 2020 por Estados Unidos en Irak, dejaron al descubierto una posible debilidad en las fuerzas de seguridad de Teherán lo que, según algunos expertos, ha provocado una campaña de legitimación regional emprendida por Irán.

"El Gobierno y los militares han estado sometidos a una inmensa presión", afirmó Abdullah Khan, analista del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Seguridad de Pakistán, que ha calificado los bombardeos iraníes sobre Pakistán del pasado 16 de enero como una movida de Teherán para afirmarse como la gran potencia militar de la zona, previniendo levantamientos de grupos separatistas en sus fronteras.

Bajo la excusa de atacar bases del grupo terrorista Yeish al Adl, ubicados en la región separatista pakistaní de Baluchistán, Irán bombardeó la zona fronteriza, provocando la muerte de dos menores, según el Gobierno de Islamabad. Lo anterior ha sido entendido como un intento iraní por demostrar su músculo militar a los grupos hostiles a su régimen.

"Irán celebró el ataque (del martes) en sus medios de comunicación y la percepción pública pakistaní de un ejército fuerte ya no es como antes", agregó Khan.

Con Irán en alerta por el papel de sus aliados en el conflicto israelí-palestino, aunado a su ambición por aumentar su influencia en los asuntos regionales y desplazar a los intereses occidentales de Medio Oriente, la estabilidad regional parece pender de un hilo.

En un siglo XXI marcado por la globalización y la rápida descentralización del poder militar mundial, los conflictos armados contemporáneos difícilmente pueden ser contenidos en las fronteras de los protagonistas.

Israel, presionado por un gran sector en Occidente que pide mesura a sus ataques, afronta varios frentes de batalla, que pueden representar un importante nivelador en favor de la milicia palestina.

Con AP, Reuters y medios locales

Autor: Maximiliano Pérez Gallardo

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