MILÁN (AP) — El expremier italiano Silvio Berlusconi fue absuelto el miércoles de manipulación testigos en un juicio derivado de las fiestas sexuales “bunga bunga” que realizaba en su finca en las afueras de Milán cuando estaba en funciones.

Este juicio, que lleva seis años, es el tercero y probablemente el último en un escándalo que resonó en todo el mundo en 2010, cuando se acusó al entonces premier Berlusconi de tener relaciones sexuales pagas con una menor de edad. Al final él quedó absuelto de ese cargo.

En el tercer juicio, se acusó a Berlusconi de sobornar a testigos para que mintieran en los procesos anteriores. Los fiscales habían pedido una pena de seis años de prisión y 10 millones de euros (10.7 millones de dólares) por daños. Otras 28 personas, incluida la mujer en el centro del escándalo, Karima el-Mahroug, también fueron absueltas.

“Estoy muy feliz”, dijo el-Mahroug a la prensa después de escuchar el veredicto. “Necesito un momento para asimilar el hecho, para creerlo”.

Berlusconi no asistió a la audiencia. Su abogado, Federico Cecconi, dijo que el veredicto, según el cual no se cometió crimen alguno, fue “la absolución más completa que podíamos conseguir”.

Durante los juicios anteriores, Berlusconi aún era premier, lo que causaba preocupación en los agentes de seguridad de que estuviera expuesto a la extorsión por parte de las jóvenes que recibía en su finca.

El expremier de 86 años dirige el tercer partido de la coalición gobernante de derecha, cuya popularidad ha caído vertiginosamente a un 6%, según las encuestas.

La premier Giorgia Meloni dijo que el veredicto del miércoles “pone fin a un prolongado asunto judicial que tuvo repercusiones importantes en la vida política e institucional italiana”.

Esta semana el gobierno de Meloni retiró al gobierno del caso como parte lesionada para evitar una dinámica política incómoda en caso de que los veredictos fueran de culpa.

La defensa de Berlusconi describió las cenas, que se remontan a 2010, como veladas elegantes; los fiscales dijeron que eran reuniones en las que se pagaba a las mujeres para asistir y en las que, según testigos, las jóvenes se desnudaban.

Berlusconi y el-Mahroug, que entonces tenía 17 años, negaron haber mantenido relaciones sexuales, y ella, que ahora tiene 30 años, dice que jamás fue prostituta.