Es oficial. Portugal irá a las urnas de forma anticipada el 10 de marzo de 2024, después de las últimas elecciones legislativas hace dos años que dieron la mayoría absoluta al Partido Socialista.

Así lo comunicó este jueves el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, cuyo plan es disolver el Parlamento y convocar los comicios después de la votación final sobre los presupuestos de 2024, prevista para el 29 de noviembre.

"Opto por la disolución de la Asamblea de la República y la convocatoria de elecciones el 10 de marzo de 2024 (...) para satisfacer así las expectativas de los portugueses", dijo durante la noche del jueves en un discurso nacional.

El motivo: la grave crisis institucional que atraviesa Portugal en estos momentos, tras la abrupta dimisión del martes del primer ministro António Costa, en medio de una investigación de corrupción en su contra.

Esta semana, la Fiscalía anunció que Costa será investigado por el Tribunal Supremo por irregularidades respecto a la gestión y licitación de varios proyectos energéticos. El primer ministro saliente ha negado los cargos en su contra en todo momento.

El presidente Rebelo de Sousa lo ha apoyado en todo momento y alabó su gestión de temas como la pandemia o la guerra en Ucrania, así como la predisposición de Costa de ejercer en funciones durante el tiempo que sea necesario.

Según lo que estable la ley en Portugal, las elecciones deberán celebrarse dentro de los 60 días siguientes a la publicación del decreto para la disolución del Parlamento.

Costa lamenta que se convocaran elecciones

António Costa, quien renunció el martes 7 de noviembre al cargo de primer ministro, dijo este jueves que, aunque propuso a Mario Centeno, gobernador del Banco Central, como su sucesor, el presidente optó por convocar elecciones.

"El país no merecía ser de nuevo llamado a elecciones", dijo Costa en su primera declaración pública tras su renuncia, en la que agregó que Centeno habría sido "una solución con fuerte experiencia en gobernanza, respetado y admirado por la gen
Ante la pregunta sobre su posible permanencia en funciones hasta la formación de un nuevo Gobierno, Costa reiteró su compromiso de servir al país y dijo que hablará con el presidente sobre la continuidad como ministro de Infraestructuras de João Galamba, supuestamente implicado en el mismo caso de corrupción.

Por su parte, Luís Montenegro, líder del Partido Social Demócrata, respaldó la decisión del presidente, considerándola "inevitable" para restaurar la confianza en las instituciones democráticas.

El ministro de Administración Interna, el socialista José Luís Carneiro, cuyo grupo tiene mayoría absoluta en el Parlamento, enfatizó la responsabilidad de su partido en constituir "una voz de estabilidad, confianza y credibilidad".

Mientras que André Ventura, líder del partido ultraderechista Chega, anunció su intención de "vencer" en las elecciones y adelantó posibles ajustes al presupuesto de 2024 después de los comicios.

Por su parte, Paula Santos, líder parlamentaria del Partido Comunista de Portugal, argumentó que las elecciones deberían llevarse a cabo de manera más inmediata, ya que el proyecto de presupuestos para 2024, actualmente en proceso de aprobación, no aborda adecuadamente los problemas del país.

El futuro político de Portugal pende ahora de la decisión de los votantes, quienes, el próximo 10 de marzo, determinarán el rumbo del país en unas elecciones anticipadas cruciales para la estabilidad democrática y la confianza en las instituciones.