CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió de nueva cuenta que el Congreso prohíba la fabricación y la venta al público de armas de asalto semiautomáticas, después de los tiroteos registrados en el estado de California.

Estados Unidos prohibió la venta de armas de asalto en 1994, pero la ley fue diseñada para expirar en 10 años, lo que sucedió en el 2004 y no ha sido renovada, indicó. “El azote de la violencia armada en Estados Unidos exige una acción más contundente”, agregó en un comunicado.

Los senadores demócratas lanzaron una propuesta de ley para prohibir de nuevo las armas de asalto, y otra para aumentar a 21 años la edad legal para poder comprar este tipo de armas.

Biden lamentó la muerte de siete personas en la localidad californiana de Half Moon Bay el lunes por la noche. Cuatro víctimas fueron halladas en una granja de setas junto a la autopista Cabrillo. En esa misma zona encontraron a una quinta víctima gravemente herida y fue trasladada al hospital, según medios locales.

El presunto autor de los ataques fue arrestado por la policía, señaló la oficina del Sheriff del condado de San Mateo. Fue identificado como Zhao Chunli, de 67 años, mencionaron medios locales.

Horas después, de este suceso, se reportó otro tiroteo en Oakland, California, que dejó un muerto, de 18 años de edad, y siete heridos. Menos de 48 horas después, un hombre armado mató a 11 personas en un estudio de baile cerca de Los Ángeles.

“Sabemos que el flagelo de la violencia armada en todo Estados Unidos requiere una acción más enérgica. Una vez más, insto a ambas cámaras del Congreso a que actúen rápidamente y entreguen esta prohibición de armas de asalto en mi escritorio y tomen medidas para mantener a las comunidades, las escuelas, los lugares de trabajo y los hogares estadunidenses”, indicó.

Dijo que mientras espera saber más detalles sobre estos tiroteos, saben que la lacra de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos requiere acciones más decisivas.

Biden consideró que el pueblo estadunidense está de acuerdo con esta acción de sentido común. “No puede haber mayor responsabilidad que hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestros niños, nuestras comunidades y nuestra nación”, añadió.

El año pasado, después de los tiroteos de masas de Uvalde, Texas, y Búfalo, Nueva York, los legisladores estadunidenses aprobaron un histórico paquete de medidas para limitar el acceso a las armas de fuego, aunque no prohibieron las armas de asalto.

Por otro lado, el Tribunal Supremo de Estados Unidos blindó el derecho de los estadunidenses a llevar armas en público al invalidar una ley de Nueva York que prohibía portar armas de fuego en la calle sin un permiso especial, pero sí la limitó a que no se cargue este tipo de armas como teatros, parques, estadios, centros de salud o escuelas, entre otros.

La mayoría de los republicanos se oponen a una prohibición citando el derecho constitucional a poseer armas.