Pakistán
Más de mil 200 muertos por las inundaciones en Pakistán; esperan nuevas tormentas
Más de mil 200 personas han muerto como consecuencia de las torrenciales lluvias que han caído en las últimas semanas sobre Pakistán, que se prepara para enfrentar nuevos diluvios en el sur del país.MADRID (EUROPA PRESS).– Más de mil 200 personas han muerto como consecuencia de las violentas y torrenciales lluvias que han caído en las últimas semanas sobre Pakistán, que se prepara para enfrentar nuevos diluvios en el sur del país.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) precisó que entre los mil 208 muertos hay 416 niños, mientras que la cifra de heridos asciende hasta los seis mil 82. En las últimas 24 horas se han registrado 19 víctimas mortales más.
El nivel del agua en la ciudad de Dadu, en el sur de Pakistán, siguió creciendo este viernes. Este aumento es consecuencia de las muy pronunciadas crecidas del río Indo, que provocaron monstruosas inundaciones dejando tras de sí un halo de destrucción en varias regiones del país.
Los equipos de emergencia se apresuraron este viernes a evacuar a millones de personas que residen en remotas aldeas en el sur del país, a la espera de que caigan nuevos diluvios y los desbordes de los ríos que llegan desde el norte, informa el diario paquistaní Dawn.
“Es una carrera contra el tiempo", dijo el portavoz del gobierno de la provincia de Sindh, Murtaza Wahab. La devastación ahora se está extendiendo hacia el sur, con las inundaciones dirigiéndose hacia los lagos de Manchhar y Johi, en Dadu, donde miles de personas estaban atrapadas sin comida y refugio.
El río Indo, que fluye desde el Himalaya hasta el mar Arábigo en el sur, se desbordó una vez más tras las fuertes lluvias que cayeron en las montañas la semana pasada. Casi 20 mil metros cúbicos de agua por segundo ahora fluyen río abajo y pronto llegarán a las principales ciudades de Sindh.
Mientras tanto, en el norte, varias localidades siguen anegadas por las fuertes precipitaciones que cayeron principalmente la semana pasada. Si bien la virulencia ya remitió, miles de personas siguen sin comida ni techo.