Reina Isabel II

Reino Unido despide a su reina con un solemne funeral y ante 2 mil invitados

Los reconocimientos a la larga vida de servicio de Isabel II marcan los sermones en la abadía de Westminster.
lunes, 19 de septiembre de 2022 · 11:15

MADRID (EUROPA PRESS).– Reino Unido dio este lunes el último adiós a la reina Isabel II con un funeral de Estado que contó con 2 mil invitados y reunió a cientos de representantes de algunos de los principales polos de poder mundial.

Los estrictos protocolos establecidos antes del fallecimiento de Isabel II, que murió el 8 de septiembre en el castillo de Balmoral (Escocia), ya establecían que el funeral debía celebrarse al décimo día, y así ha sido.

La sede del Parlamento acogió durante las últimas cuatro jornadas una capilla ardiente por la que pasaron cientos de miles de personas y que concluyó este lunes, apenas unas horas antes del inicio de un último cortejo fúnebre en presencia del rey, Carlos III, y de otros miembros de la familia real.

El féretro entró a la abadía aupado por miembros de la guardia real y, tras él, lo hicieron el resto de miembros del cortejo. El heredero a la corona, el príncipe Guillermo, recorrió el camino hacia el altar al lado de su hijo mayor, Jorge, segundo en la línea de sucesión al trono.

El deán de Westminster, David Hoyle, resaltó en el arranque de la misa el "duelo" pero también el "profundo agradecimiento" hacia Isabel II, en el lugar que, como recordó, ya vio casarse a la difunta monarca y, en 1953, ser coronada reina.

En su discurso inicial, subrayó la "larga vida de servicio altruista" de Isabel II, que cumplió este mismo año siete décadas en el trono. "Con admiración, recordemos su sentido de deber y la dedicación de por vida a su pueblo".

Las lecturas corrieron a cargo de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, y la secretaria general de la Commonwealtlh, Patricia Scotland, mientras que también participaron diversos representantes religiosos de todo Reino Unido, encabezados por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

En su sermón, Welby recordó el célebre discurso de la reina en su vigésimo primer cumpleaños, cuando prometió que dedicaría su vida a servir al país y a toda la Commonwealth. "Pocas veces se ha cumplido tan bien una promesa".

"Las personas que dan un servicio de amor son poco comunes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que dan un servicio de amor son todavía más raros", resaltó el arzobispo, que puso a Isabel II como símbolo político y también de fe. No en vano, la corona británica lleva asociada también la jefatura de la Iglesia anglicana.

"Todos los que hemos seguido el ejemplo, la inspiración y la fe en Dios de la reina podemos decirle: 'Nos veremos de nuevo'", remachó Welby.

Dos minutos de silencio

La ceremonia estuvo cargada de otros símbolos a la vida de la reina y se corearon himnos que ya sonaron en algunos de sus momentos vitales más reseñables, como su boda con el príncipe Felipe –fallecido en 2021– o su coronación.

La ceremonia concluyó con dos minutos de silencio extensibles a todo el país. En pie, los 2 mil invitados mostraron sus respetos hacia una figura que vio pasar a 15 primeros ministros por Downing Street y que está considerada un símbolo de las monarquías a nivel global.

El himno, rebautizado como 'Dios salve al Rey', y la música tocada por el gaitero de la reina sirvieron como colofón a un acto al que sigue un nuevo cortejo fúnebre, hasta el Arco de Wellington, de donde partirá el coche que traslade los restos de Isabel II hasta el castillo de Windsor. Los restos de la difunta reina reposarán en la capilla de San Jorge.

Unos 500 líderes internacionales

La abadía abrió sus puertas a primera hora de la mañana para que diese tiempo a que accediesen al interior del templo unos 2 mil invitados, entre los que hay medio millar de líderes internacionales, antes de que comenzase el funeral, a las 11:00 (una hora más en la España peninsular).

La cita reunió bajo un mismo techo a dirigentes políticos de todo el mundo, entre ellos el estadunidense Joe Biden, el francés Emmanuel Macron, así como a representantes de las casas reales, entre ellos los reyes Felipe y Letizia.

Truss, como primera ministra en ejercicio, tuvo un papel destacado durante la misa, pero el protocolo también brindó un trato especial a todos los antiguos jefes de Gobierno, que entraron juntos en el templo y por orden cronológico, en función de sus respectivos mandatos.

También se diferenció de una forma específica a los representantes de los países de la Commonwealth que tienen a la monarquía británica como referencia y que, con la muerte de Isabel II, perdieron también a su propia jefa de Estado.

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