CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Sobre la superficie congelada del mar Báltico se extiende un camino de 25 kilómetros de extensión que une la costa de Estonia con la isla de Hiiumaa y es una de las rutas de hielo más largas de Europa, donde las condiciones de seguridad para transitar son peculiares.

Ahora bien, no es una ruta común y tiene varias particularidades para la seguridad de los isleños, turistas y trabajadores. En primer lugar, las grietas en el hielo son moneda corriente. La superficie se desgarra y cuando las temperaturas suben lo suficiente, peligra la resistencia, informó La Nación de Argentina.

Pero, debido a las condiciones naturales propias de esa zona, en caso de que la ruta se rompiera el vehículo se hundiría tan lentamente que les daría tiempo a los pasajeros de salir caminando.

Es en ese punto en el cual entra en vigor una prohibición: No se debe usar el cinturón de seguridad. Hay que ser rápido y estar atento al camino, a la velocidad y a muchos otros elementos y, en caso de sufrir un accidente, salir de prisa. No se puede perder el tiempo cuando el frío golpea de lleno y las heladas aguas empiezan a ingresar al vehículo. Tener abrochado el cinturón quita tiempo y en un momento límite, hay que evacuar el vehículo con celeridad.

En lo que respecta a la velocidad, la premisa es que siempre sea constante. Mucho tiempo haciendo peso en una zona puede provocar fisuras y quebraduras.

Está prohibido circular entre 25 y 40 km/h porque “a estas velocidades, las llantas crean vibraciones peligrosas que podrían agrietar la superficie”, consigna la BBC. A más, sí se puede; a menos, también.

Además, hay dos reglas más que se deben cumplir: los vehículos de más de 2.5 toneladas no pueden hacer uso de esta vía de acceso y es completamente ilegal viajar por la zona después de la puesta de sol. 

Entre tanto, si esta ruta es demasiado riesgosa para el gusto personal, se puede cruzar a la isla mediante los ferry rompehielos que navegan en paralelo con el mismo destino.