CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El llamado “Búnker del Apocalipsis”, localizado en Noruega, a mil kilómetros del Polo Norte, fue recientemente abierto para que los bancos de genes de Sudán, Uganda, Nueva Zelanda, Australia, Alemania y Líbano colocaran varios tipos de semillas, entre ellas: mijo, sorgo y trigo, para renovar sus propias colecciones.

La Bóveda Global de Semillas, también denominada “Arca de Noé” o “Bóveda del Juicio Final”, es un sitio excavado en una montaña de las islas noruegas de Svalbard, en el océano glacial Ártico, donde se almacenan semillas de todos los alimentos del mundo.

Este banco se encuentra a un kilómetro en línea recta del aeropuerto de Longyearbyen, en una zona donde las temperaturas siempre oscilan entre tres y cuatro grados centígrados, por lo que está diseñada para una vida útil infinita.

Fue construido a 130 metros bajo el nivel del mar y a 120 metros dentro de una montaña; consta de tres cámaras subterráneas separadas, cada una de las cuales puede almacenar 1.5 millones de muestras de semillas y se mantiene a una temperatura de -18 grados centígrados.

Esta bodega es la última red de seguridad para que las especies de plantas, amenazadas por el cambio climático, sobrevivan y puedan preservarse.

En esta ocasión recibió 22 mil nuevas muestras, provenientes de varios países del mundo; con ello se asegura la conservación de estas semillas en caso de que ocurriera una catástrofe de origen natural o causada por la actividad humana.

Actualmente, las reservas presentes en el sitio alcanzan 1 millón 125 mil semillas, de 5 mil 500 especies y 89 bancos de genes.

En 2015, 2017 y 2019, el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas retiró semillas por los daños ocasionados por la guerra en Siria.

De acuerdo con la ingeniera agrónoma Clara Sánchez Guevara, el detalle de esta bóveda es que fue financiada, además del gobierno noruego, por la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates, DuPont/Pioner (ahora Corteva), Syngenta (ahora de Chemchina) y Bioversity International, una rama del CGIAR, creada por la Fundación Rockefeller.

“Global Crop Diversity Trust es responsable de la operación de la bóveda. Catalina Bertini, de Estados Unidos, es la presidenta de la Junta Ejecutiva. Desde 1989 ha sido subsecretaria de USDA, directora del PMA de la ONU, recomendada por George W. Bush y renombrada con el apoyo de Bill Clinton”, escribió la investigadora en sus redes sociales.

Además, señaló que Bertini trabajó para Bill y Melinda Gates, para la Fundación Rockefeller, fue nombrada por Barak Obama como miembro de la junta del BIFAD, asesorando a la USAID, mientras que, en la BIFAD, Cary Fowler también era miembro especial de la junta por Global Crop Diversity Trust.

“La Bóveda funciona como una caja de seguridad de un banco. Inaugurada en 2008, en medio de la Crisis Financiera Mundial. Actualmente, posee más de 1,000,000 de muestras de semillas del planeta almacenadas. Todos los países pueden depositar y retiran sólo si hay desaparición”, contó.

En 2017, la bóveda tenía el 40% de la diversidad alimentaria del mundo y la meta es reunir una copia de todas las plantas comestibles del planeta.

“El objetivo de Fowler como enviado especial es ‘garantizar la política exterior de Estados Unidos’, reafirmándose la relación entre los alimentos y el poder, así como su instrumentación en materia de política exterior por las grandes potencias, particularmente la norteamericana”, añadió.