Espionaje
“Estoy profundamente arrepentido y pido perdón a EU”: científico acusado de espiar para Rusia
Héctor Cabrera Fuentes irá a prisión por 4 años y 1 día por labores de espionaje, a pesar de su brillante trayectoria como biólogo molecular.CIUDAD DE MÉXICO (apro). – “Estoy profundamente arrepentido y pido perdón a Estados Unidos”, señaló Héctor Cabrera Fuentes (1985), el científico mexicano que irá a prisión por 4 años y 1 día por espiar para Rusia de 2019 a 2020.
Cabrera Fuentes tenía una prometedora carrera en la ciencia y era considerado uno de los mexicanos más destacados en el extranjero, pero terminó realizando labores de espionaje para Rusia.
Tras recibir la sentencia por un tribunal federal de Florida, Estados Unidos, el 21 de junio pasado, el doctor en microbiología molecular señaló: “Todos cometemos errores y este ha sido el más grande de mi vida”, en comparación con los logros que tuvo en la medicina, de acuerdo con BBC Mundo.
Señaló que Cabrera Fuentes, de 37 años, fue detenido y acusado en 2020 de realizar labores de espionaje para Rusia en un caso que causó sorpresa en México debido a la brillante trayectoria que tenía este biólogo molecular.
Indicó que, vestido con el uniforme de la prisión y con una hoja amarilla en la que tenía escrita su disculpa, pidió “clemencia” al juez Donald M. Middlebrooks en una audiencia de condena que duró 10 minutos.
“Estoy profundamente arrepentido y pido perdón a Estados Unidos. Esto me enseñó que la libertad es lo más preciado, pero sobre todo la familia”, expresó en inglés en la audiencia que ya contaba con un acuerdo de los fiscales federales y los abogados.
Su familia no estuvo presente, pero sí un representante del Consulado de México en Miami.
El abogado Ronald Gainor dijo a BBC Mundo que, bajo los términos del acuerdo, su cliente pasará un año bajo la custodia federal de Estados Unidos y luego será deportado a México.
Según los registros judiciales de la prisión federal de Miami en la que ha estado preso, Cabrera ha tenido un comportamiento “sobresaliente” en su conducta y labores.
Cabrera Fuentes es originario de El Espinal, un poblado de Oaxaca, habitado por no más de 9 mil personas. Desde muy joven mostró pasión por la ciencia, cuando a los 12 años dio con “Cazador de microbios”, el libro de Paul De Kruif que le cambió la vida, pues a través de esta obra tuvo conocimiento del microbiólogo ruso Ilich Méchnikov, que se convirtió en su héroe y ejemplo a seguir.
Se especializó en esta rama cuando terminó la licenciatura. Se dedicó a estudiar biomedicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) hasta que ingresó a la Universidad Federal de Kazán, en Rusia, donde finalizó la carrera. Posteriormente, cursó la especialidad en biología molecular, a nivel maestría, y se doctoró en las disciplinas de bioquímica y microbiología.
Mientras cursaba sus estudios en microbiología fue invitado a participar en un proyecto sobre cardiología molecular y, específicamente, centrado en la aterosclerosis, una enfermedad característica por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias.
Junto con el equipo de investigación con el que colaboraba, demostró qué sucedía con el cuerpo mientras se producía un infarto, por lo que se hizo acreedor del premio Servier, otorgado por la Sociedad Internacional para la Investigación del Corazón, en 2018.
Durante su proceso de formación académica, Héctor nunca se olvidó de sus raíces y sus 33 años creó la iniciativa “Por Oaxaca más investigadores” para que estudiantes de licenciatura del estado tuvieran la oportunidad de salir del país para forjar sus estudios en universidades extranjeras.
Pero en 2020, el panorama en la vida de Héctor se obnubiló, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo arrestó y acusó de ser espía en nombre del gobierno de Rusia, dentro de territorio estadounidense, sin notificar al Fiscal General de esta región.
De acuerdo con documentos judiciales de EU, un funcionario ruso reclutó al científico mexicano en 2019, ordenándole que rentara una propiedad en Miami, para seguir los pasos de una persona en específico de la que, hasta ahora, no se ha dado a conocer la identidad.
Tiempo después, Héctor volvió a Rusia para informar acerca del número de placa vehicular y ubicación perteneciente a quien espiaba. Su esposa también estuvo involucrada en el delito.
Según la carpeta de investigación, él le solicitó que tomara una fotografía del vehículo que seguían, material que fue descubierto, más tarde, por oficiales la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
En ese momento fue cuando Cabrera Fuentes reveló que seguía las órdenes de un funcionario ruso, dictándole así prisión preventiva.
Cuando las acusaciones se hicieron públicas, la familia de Héctor, junto con gran parte de la población oaxaqueña, iniciaron una campaña de apoyo en favor del científico, quien, en esa época aún se declaraba inocente, hasta que, casi dos años después, se declaró culpable y ha sido sentenciado a cuatro años y un día de cárcel.