GINEBRA (apro).–  Luego de una lluvia de críticas por su infructuosa visita a China, la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, anunció que no buscará un segundo mandato y dejará su cargo el 21 de agosto próximo.

Un centenar de organizaciones no gubernamentales (ONG), incluyendo Human Rights Watch, criticaron de forma severa la actuación de sometimiento de Bachelet ante el líder chino Xi Jinping durante su visita a China, pues en ningún momento confrontó a Pekín por graves violaciones de derechos humanos perpetrados contra la minoría musulmana en Xinjiang, que pudieran constituir crímenes de lesa humanidad.

Este día, al abrir los trabajos de la sesión del Consejo de Derechos Humanos, Bachelet anunció que dejaría su cargo y aseguró a la prensa que es una decisión que ya estaba tomada desde antes de su misión a China.

Bachelet fue presidenta de Chile, primero entre 2006 y 2010 y luego entre 2014 y 2018. Entre ambos mandatos dirigió ONU Mujeres, organismo dedicado al empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género. Sin embargo, al frente del ACNUDH ha sido criticada porque se ha quedado corta en condenar diversas crisis de derechos humanos en el mundo, especialmente la situación en China.

Bachelet declinó publicar un informe sobre los llamados campos de reeducación en Xinjiang realizado por expertos del ACNUDH antes de su visita a China y aceptó las condiciones impuestas por el gobierno de Xi, quien remarcó que la visita era para “un diálogo amistoso”.

“El objetivo del viaje no es hacer una investigación”, dijo Bachelet durante su recorrido, cuando en realidad el objetivo primordial era verificar las denuncias sobre la existencia de verdaderos campos de concentración en los que la minoría uigur es sometida a vejaciones, torturas y privación de libertad con el fin de “educarlos” y que renuncien a su cultura, religión y modo de vida, para adaptarse al modelo chino.

Un completo desastre

En rueda de prensa en Ginebra, Ken Roth, director general de Human Rights Watch, afirmó que la visita de Bachelet a China “fue un completo desastre, el viaje no pudo ir mejor para el gobierno chino en su esfuerzo por ocultar las detenciones masivas y los abusos en Xinjiang’’.

Según Roth, Bachelet “se ve más como una diplomática, por su experiencia como jefa de Estado, que como una relatora y defensora de derechos humanos, ese es el mandato del Alto Comisionado, cuestionar al poder, investigar y reportar abusos".

Ante el anuncio de Bachelet, Roth dijo a Proceso: “No sé qué hay detrás de la decisión de Michelle Bachelet de no buscar un segundo mandato, pero eso no debe interponerse en su responsabilidad de completar las tareas de su primer mandato, incluida la pronta publicación de su largamente demorado informe sobre los crímenes de lesa humanidad del gobierno chino contra los musulmanes uigures en Xinjiang’’.

 “Ella dice que permitirá que el gobierno chino comente sobre el informe antes de que se publique; es importante que no deje que ese proceso se agote en su mandato y entregue el informe a su sucesor’’, remarcó.

 Bachelet, al hablar ante el pleno, mencionó “preocupaciones” sobre Xinjiang, “pero carecieron de la firme condena que amerita tal persecución masiva. Ella continúa promocionando el “diálogo” con Beijing, en el que Xi Jinping estaría feliz de participar para siempre, porque carece de la presión que por sí sola podría persuadirlo de aliviar su represión’’.

 Ante lo ocurrido con Bachelet, Roth subrayó la importancia de que el secretario general de la ONU António Guterres “nombre a un sucesor que se sienta cómodo usando la herramienta más importante de la oficina para mejorar las prácticas de derechos humanos: la voluntad de denunciar incluso a los violadores de derechos humanos más poderosos”.