MADRID (EUROPA PRESS) -El gobierno británico ha pedido este miércoles a la entidad reguladora de las telecomunicaciones en el país, más conocida como Ofcom, a revisar el estado de la licencia de la cadena de televisión rusa RT en el país.

El propio primer ministro, Boris Johnson, ha confirmado la solicitud del gobierno al respecto en plena crisis ucraniana y después de que el líder laborista, Keir Starmer, describiera el canal como una "herramienta de propaganda del Kremlin".

"Dejemos que Ofcom decida que compañía ha de vetar", ha dicho Johnson tras anunciar que la ministra de Cultura y Medios, Nadine Dorries, ya ha tomado cartas en el asunto.

"Vivimos en una democracia y en un país que cree en la libertad de expresión. Creo que es importante que podamos dejarlo en manos de la Ofcom en vez de en las de los políticos para que sea la reguladora la que decida qué medios se prohíben", ha manifestado el 'premier' británico.

El Gobierno acusa a RT de formar "parte de la campaña de desinformación global de Rusia", que en la crisis actual apunta directamente contra Ucrania y la OTAN, según ha denunciado la propia ministra en una carta enviada a Ofcom.

"Es de vital importancia que Reino Unido analice si existe la necesidad de limitar las capacidades de Rusia de difundir su propaganda aquí, en casa", recoge la misiva. Ofcom, por su parte, ha dicho comprometerse a examinar la situación como "algo prioritario", según informaciones de la cadena BBC.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha señalado que Moscú tomará medidas al respecto si Londres actúa contra los medios de comunicación rusos.

"Si Reino Unido pone en práctica las amenazas contra los medios rusos, las medidas de respuesta no tardarán en llegar", ha dicho en declaraciones a la prensa, según informaciones de la agencia de noticias Sputik.

Además, ha recalcado que los periodistas británicos "pueden preguntar a sus colegas alemanes cómo sucede esto", una clara alusión a la suspensión en Rusia de la cadena Deutsche Welle en respuesta al veto de Berlín a la cadena rusa en su territorio.