CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró un nuevo estado de excepción en Guayas y Esmeraldas, dos provincias de Ecuador que vivieron 24 horas de terror con ataques sincronizados realizados por bandas armadas y el narco, por el traslado de reos a otras cárceles.

El mandatario calificó estos ataques como “actos de sabotaje y terrorismo” que son “una declaración de guerra” contra el estado de derecho, el gobierno y la ciudadanía, luego de que el Servicio Nacional de Atención Integral para Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) trasladó a algunos presos desde la cárcel de Guayas 1 y la indignación de quienes estaban en prisiones de destino, el 31 de octubre pasado.

“No sabemos a dónde los llevan, los mandan a morir”, señaló al diario El Universo uno de los familiares que se congregaron afuera del Penal del Litoral, después de que se dio a conocer el traslado de reos. Temen que haya nuevas masacres carcelarias que han dejado más de 400 muertos en el país desde 2020.

“¿Qué quieren, que haya otra masacre? Para venir con su cara y lavarse las manos, y nosotros nos quedamos con un dolor tan grande en nuestros corazones. ¿Quién nos devuelve eso?”, inquirió la madre de un preso, de acuerdo con Euronews.

Según el diario El Universo, por los ataques se reportaron, hasta el momento, cinco policías muertos. El martes fueron atacados a tiros mientras patrullaban las calles de estas dos provincias, informó BBC Mundo.

En redes sociales se informó que sicarios le dispararon a un ciudadano que estaba dentro de un automóvil con su bebé dormida junto a él.

Los ataques se produjeron, en su mayoría, entre la una y las tres y media de la madrugada. Incluyeron detonaciones de artefactos explosivos y coches bomba cerca de gasolineras, terminales de autobuses y comisarías.

El medio GK indicó que los atentados continuaron durante la tarde, frente al edificio municipal de Durán, ciudad vecina de Guayaquil, que tiene la segunda tasa de homicidios más alta del país.

Medios locales señalaron que los ataques fueron una respuesta de los grupos vinculados al narcotráfico por el traslado de cientos de presos al Penal del Litoral, ubicado en Guayaquil, y lugar donde se han registrado motines sangrientos en los últimos dos años. En septiembre de 2021 fallecieron alrededor de 120 internos.

El Universo informó que se repartieron panfletos atribuidos a las bandas Los Lobos y Los Tiguerones que advirtieron, el lunes pasado, que harían uso de su poder logístico y armamento si “tocaban” a su gente de los pabellones 8 y 9 de esa penitenciaría. Se desconoce a qué otros centros de rehabilitación llevaron a otros presos.

En un centro de rehabilitación de Esmeraldas, siete funcionarios penitenciarios fueron secuestrados por los presos y más tarde liberados.

Por eso, el presidente declaró el estado de excepción por 45 días que implica un toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana.

Debido a la violencia que se vive en Ecuador, el presidente suspendió sus vacaciones familiares en Orlando, Florida, Estados Unidos, por las que había sido criticado en redes sociales.

A su llegada, se trasladó a Guayaquil, capital de la provincia de Guayas, para encabezar la respuesta del gobierno a esta última ola de atentados.

Dijo que lo ocurrido en esas 24 horas muestra “claramente los límites que la delincuencia organizada transnacional está dispuesta a traspasar”.

Consideró que “la narcodelincuencia se siente incómoda” por el combate de su gobierno al tráfico de drogas “y manifiesta su malestar con violencia”.

Ecuador es el tercer país donde se incauta más cocaína después de Colombia y Estados Unidos, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga.

Guayaquil es el mayor puerto marítimo del país y la principal puerta de salida de la droga que navega por el Pacífico al norte del continente.