George Floyd
Herida de bala una sobrina de George Floyd en un tiroteo a la casa de su familia en Houston
"Mi hija saltó y dijo: 'Papá, me han dado'. Me sorprendí hasta que vi sangre y me di cuenta de que verdaderamente habían dado a mi hija de cuatro años", relató Derrick Delane, padre de la pequeña de cuatro años quien agregó que cree que se trató de un ataque intencionado.MADRID (EUROPA PRESS).- La niña de cuatro años herida de bala en un tiroteo registrado el 1 de enero en la ciudad estadunidense de Houston, situada en el estado de Texas (sur), fue identificada como Arianna Delane, sobrina de George Floyd, quien murió en 2020 a manos de un policía de Mineápolis.
El padre de la niña, Derrick Delane, detalló que su apartamento fue alcanzado por varios disparos durante la madrugada del 1 de enero y que una de las balas dio a la niña, que se encontraba durmiendo, según informó la cadena de televisión estadunidense ABC.
"Mi hija saltó y dijo: 'Papá, me han dado'. Me sorprendí hasta que vi sangre y me di cuenta de que verdaderamente habían dado a mi hija de cuatro años", relató antes de agregar que cree que se trató de un ataque intencionado.
"¿Por qué dispararían contra mi casa?", se preguntó. "Mi hija no lo sabe. No puedo explicarlo. Como padre, se supone que debes proteger a los niños", agregó. La niña fue operada tras sufrir daños en un pulmón y en el hígado, además de tres costillas rotas.
Por su parte, la Policía de Houston señaló en un comunicado publicado a través de Twitter que está investigando el suceso, antes de manifestar que por el momento no hay sospechosos ni motivos sobre el incidente.
Floyd fue detenido en mayo de 2020 a la salida de un establecimiento por haber utilizado un billete falso para pagar un paquete de cigarrillos. Durante el operativo, fue esposado y colocado en el suelo sobre su pecho, mientras que el agente Derek Chauvin clavó su rodilla sobre el cuello del hombre durante nueve minutos, pese a los avisos de que no podía respirar.
Su muerte, registrada en un vídeo que dio la vuelta al mundo, generó una ola de indignación a nivel global, con movilizaciones y marchas que en ocasiones derivaron en disturbios, y puso nuevamente sobre la mesa el racismo de las instituciones estadunidenses.
El agente fue sentenciado en abril de 2021 a 22 años y seis meses de cárcel por la muerte de Floyd, tras lo que en diciembre se declaró culpable de violar los derechos civiles de la víctima, evitando así otro proceso judicial que podría ampliar la pena que le fue impuesta.