Australia

Aves atacan drones de Google y obligan a suspender entregas aéreas a domicilio (Video)

Cuervos aprenden a derribar los vehículos voladores usados para enviar paquetería en Australia.
miércoles, 29 de septiembre de 2021 · 21:07

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Los ataques de cuervos y otras aves a drones en una localidad de Australia obligaron a la corporación Alphabet Inc. –propietaria de Google– a suspender ahí su servicio de entregas aéreas a domicilio llamado Wing.

El fenómeno protagonizado por diversas especies de pájaros que atacan los pequeños vehículos voladores en el suburbio de Harrison está relatado en un reportaje publicado por el sitio web del medio The Camberra Times, titulado: “Piensan que es Terminator: ‘angry birds’ derriban entregas de drones”.

“Hemos identificado algunos cuervos que demuestran un comportamiento territorial en una pequeña parte de nuestra área de entrega en el suburbio de Harrison y hemos pedido a expertos ornitológicos locales que investiguen esto más a fondo para garantizar que continuemos teniendo un impacto mínimo en la avifauna”, indicó una portavoz de Alphabet-Google.

"El servicio se detendrá temporalmente para un pequeño número de nuestros clientes en Harrison durante este tiempo", añadió el vocero.

De acuerdo con el reportaje, los cuervos están aprendiendo a atacar a los drones de entrega que cruzan los cielos de Canberra, pues en la temporada de anidación, ciertas especies de aves demuestran así su comportamiento territorial y atacan objetos en movimiento.

“En las decenas de miles de entregas que hemos hecho a hogares en Australia este año, los casos de contacto directo con aves han sido extremadamente raros”, aseguró el portavoz.

Si un ave hace contacto directo con el dron éste tendrá fallas para garantizar que siga volando con seguridad.

“Tenemos y seguimos tomando el asesoramiento de consultores ambientales independientes y expertos ornitológicos para garantizar que cualquier impacto potencial en la avifauna sea mínimo”, añadió.

Mejoran su ataque

Un testigo llamado Ben Roberts, quien ha grabado los ataques, aseguró a The Canberra Times que un par de estas aves han mejorado su estrategia de ataque día a día.

“Es cuestión de tiempo antes de que derriben a uno”, dijo Roberts, quien se percató del hecho porque cada mañana va a comprar café y espera el zumbido del dron de entrega que se lo lleva desde la cafetería.

“En el primer día de combate aéreo las plumas volaban, pero al tercer día, los dos cuervos habían aprendido a evitar las cuchillas de los drones”, comentó Roberts.

Incluso, dijo que vio manchas de pintura volar por el aire, lo cual podría indicar que los cuervos australianos golpearon al dron.

“Es difícil saber qué hacen las aves con un dron. Debe parecer verdaderamente extraño y presumiblemente amenazante para su territorio. Piensan que es Terminator o algo así”, comentó Roberts.

Desde el confinamiento por la pandemia de covid-19 Roberts se dedicó a ordenar a Wing café a domicilio, el cual es llevado por los drones hasta su casa en Harrison. Las aves nunca habían impedido la entrega quizá, dijo, porque no les gusta el café.

Desde su perspectiva, quizá los ataques estén relacionados con la temporada de anidación de aves durante la primavera.

El piloto jefe e instructor de UAV Training Australia (Vehículo Aéreo No Tripulado), Wayne Condon, planteó que los operadores de drones deberán evitar las ubicaciones de anidamiento de aves. En ese contexto recomendó que cuando un pájaro pretenda atacar al dron lo hagan retroceder de inmediato.

“Al final del día, es su cielo y nosotros somos el visitante. ¡Cruza los dedos si actúas lo suficientemente rápido, podrás salvar tu avión y no herir al pájaro!”, comentó.

Sin embargo, en Camberra, los drones actúan en piloto automático y fuera de la vista de los operadores.

Ante eso, también recomendó que los drones vuelen muy temprano para evitar a las aves rapaces que gustan de los climas cálidos.

Otro punto importante, dijo, es hacer que los drones sean más brillantes para que los operadores puedan detectarlos en un paisaje, aunque en Camberra sí lo son y no siempre vuelan al aire libre.

 

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