Hitler
Alcalde de Berlín rinde homenaje a la resistencia en el 77º aniversario del intento de asesinato de Hitler
El alcalde de Berlín, Michael Muller, destacó que, si bien el plan ideado por oficiales del Ejército fracasó, "el intento de asesinato y la sublevación fueron un acontecimiento de máximo peso moral y un paso importante en el camino para recobrar la libertad y el respeto a sí mismos".BERLÍN (DPA/EP).- El alcalde de Berlín, Michael Muller, rindió este martes homenaje a la resistencia contra el régimen nazi al cumplirse el 77º aniversario del fallido atentado contra Adolf Hitler, tras el que fueron ejecutados más de 90 conspiradores.
Muller destacó que, si bien el plan ideado por oficiales del Ejército fracasó, "el intento de asesinato y la sublevación fueron un acontecimiento de máximo peso moral y un paso importante en el camino para recobrar la libertad y el respeto a sí mismos".
El alcalde berlinés recordó que la caída y desmantelamiento del régimen nacionalsocialista llegó con la derrota militar de Alemania ante las fuerzas aliadas, ya que "los alemanes no lo lograron por sí solos".
En este sentido, agregó, Alemania todavía puede aprender lecciones de esto hoy en día y manifestó que "es necesario estar alerta y ser fuertes para asegurar la libertad y democracia de todos", antes de afirmar que las tendencias autoritarias y contrarias a la libertad, así como el racismo y el antisemitismo, son un peligro existencial para la sociedad.
El 20 de julio de 1944, los oficiales en torno a Claus Schenk Graf von Stauffenberg intentaron en vano matar a Hitler con una bomba y poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Su idea era tomar el poder después de asesinar a Hitler y negociar con los aliados.
Como jefe del Ejército de la reserva, Von Stauffenberg tenía acceso directo a Hitler. El día del atentado, acudió al cuartel general del Fuhrer con una bomba oculta en su portafolios, que colocó muy cerca de Hitler en una sala de reuniones.
Aunque su objetivo era matar al dictador, solo le causó heridas leves. Von Stauffenberg y otros tres oficiales fueron fusilados en el patio del Bendlerblock la noche del atentado. En las semanas y meses siguientes, los nazis ejecutaron a unos 90 participantes y partidarios más.