Coronavirus
Separar a recién nacidos de sus madres por covid-19 supone un grave riesgo para los bebés: OMS
Separar a un recién nacido de sus padres, especialmente la madre, si existen sospechas de contagio de covid-19, aumenta el riesgo de muerte y complicaciones para toda la vida del bebé, señala un estudio de la OMS.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Separar a un recién nacido de sus padres, especialmente la madre, si existen sospechas de contagio de covid-19, aumenta el riesgo de muerte y complicaciones para toda la vida del bebé, según un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe publicado por la revista médica The Lancet EClinicalMedicine señala que es de vital importancia el contacto estrecho entre el recién nacido y sus progenitores, sobre todo para los bebés prematuros o de bajo peso.
Esta situación, sostiene, se da mayoritariamente en los países más pobres, que cuentan con la mayor cantidad de partos prematuros y defunciones infantiles.
Según el estudio, ese riesgo aumenta cuando no se aplica el “método de la madre canguro”, que implica que el recién nacido permanezca en contacto estrecho con uno de los progenitores, normalmente la madre.
De aplicarse esta técnica se podrían salvar hasta 125 mil vidas de recién nacidos, pues el contacto inmediato y prolongado de piel con piel con uno de los progenitores y la lactancia materna son especialmente importantes para los bebés prematuros o de bajo peso y reducen la mortalidad infantil al menos en un 40%, la hipotermia en más un 70% y las infecciones graves en 65%.
Por ello y tras los resultados de una revisión sistemática de 20 directrices clínicas publicadas en 17 países durante la pandemia de covid-19, donde se encontró que en un tercio de estas orientaciones se recomendaba separar al recién nacido de su madre si ésta tenía covid-19 o mostraba signos de la enfermedad, la OMS calificó como “muy preocupante” las restricciones a este método.
Asimismo, una encuesta de ámbito mundial realizada a miles de profesionales de la asistencia neonatal, publicada en un artículo en la revista British Medical Journal (BMJ) Global Health, indica que dos tercios de los trabajadores de la salud de los 62 países participantes informaron que no permiten que las madres con covid-19 --presunta o confirmada-- practiquen el contacto piel con piel, mientras que casi una cuarta parte veta la lactancia materna, incluso cuando la cuidadora del niño no está infectada.
La mayoría de los casos estudiados indican que los recién nacidos infectados con el virus que causa el covid-19 no presentan síntomas o que estos son leves, y que el riesgo de muerte neonatal es bajo. De acuerdo con el nuevo análisis, el riesgo de que los recién nacidos se infectaran por el virus provocaría menos de 2 mil defunciones.
Sin embargo, las infecciones durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de parto prematuro, lo que pone todavía más de manifiesto la importancia de atender adecuadamente a los bebés prematuros y a sus madres y padres durante la pandemia.
Pueden perderse décadas de progresos
El director del Departamento de Salud de la Madre y el Recién Nacido, el doctor Anshu Banerjee, destaca que la pandemia de covid-19 ha provocado interrupciones en los servicios sanitarios que han afectado gravemente la calidad de la atención que reciben los recién nacidos más frágiles, y dificultado el derecho a mantener el contacto vital con sus progenitores.
“Si no actuamos ahora para proteger y mejorar la calidad de la atención a las madres y los recién nacidos, y para ampliar la cobertura de intervenciones que salvan vidas, como el método de la madre canguro, pueden perderse décadas de progresos en las que hemos reducido la tasa de defunciones infantiles”, alerta.
La OMS recomienda “mantener al niño en la misma habitación que la madre desde su nacimiento para que ésta pueda amamantarlo y mantener el contacto piel con piel, incluso en los casos en que se sospeche o se confirme la presencia de covid-19”.
Por su parte, la directora sanitaria del Ministerio de Salud de Malawi y una de las autoras del informe, Queen Dube, encomia las bondades del método de la “madre canguro” y asegura que es una de las formas más rentables y eficaces de proteger a los neonatos de bajo peso o prematuros.
“Nuestro análisis demuestra que los riesgos de no aplicarlo superan con creces la baja probabilidad de que un recién nacido enferme gravemente por covid-19”, dice.
Según las estimaciones más recientes del organismo, cada año nacen 15 millones de niños prematuros (antes de las 37 semanas de gestación) y 21 millones de neonatos sufren de bajo peso al nacer (menos de 2,5 kg). Estos menores, indica, corren el riesgo de sufrir graves daños a su salud, como discapacidades, retrasos en el desarrollo e infecciones.