Chile
Kast: la sombra del pinochetismo
El candidato ultraconservador a la Presidencia de Chile, José Antonio Kast, ha sido comparado con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro por sus posiciones xenófobas, homofóbicas, en detrimento de los derechos de la mujer y a favor del dictador chileno Augusto Pinochet.BOGOTÁ, Col. (proceso.com.mx).– Una anécdota que retrata el conservadurismo del candidato presidencial chileno José Antonio Kast la contó hace unos años su propia esposa, María Pía Adriasola, al referirse a un serio desencuentro que tuvo con su marido a los pocos años de casados, cuando él rechazo tajantemente que ella tomara píldoras anticonceptivas.
Adriasola dijo al diario El Mercurio que un doctor le recetó pastillas para el control de la natalidad, pero al llegar a casa y comunicárselo a Kast, éste le respondió: “¿Estás loca? No se puede”.
Aunque ella lo refutó y le dijo que todas sus amigas tomaban píldoras para prevenir el embarazo, Kast le propuso acudir con un cura, quien les recomendó el “método natural”, el cual adoptaron.
“Si tú quieres postergar el nacimiento de un hijo, tienes que abstenerte. Lo encontré genial, para mí fue una novedad. Fue una luz”, dijo Adriasola. A lo largo de sus 30 años de casados, el matrimonio ha procreado nueve hijos.
La politóloga Susana Riquelme dice que el problema no son las posturas personales en temas valóricos como el control de la natalidad, el aborto o los derechos de la comunidad LGBTI, sino la intolerancia hacia quienes piensen diferente y la tendencia a querer imponer las ideas propias en esos asuntos, “y eso es lo que representa Kast”.
El candidato del ultraconservador Partido Republicano, quien este domingo disputará con el izquierdista Gabriel Boric la presidencia de Chile, ha sido comparado con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro por sus posiciones xenófobas, homofóbicas, en detrimento de los derechos de la mujer y a favor del dictador chileno Augusto Pinochet, responsable de unos tres mil muertos y desaparecidos durante su gobierno de facto (1973-1990).
Para Riquelme, una doctora en política y gestión de la educación superior e integrante de la Red de Politólogas, Kast sería como presidente “la vuelta del pinochetismo” a Chile.
“Es una opción de ultraderecha y representa al sector más duro de ese sector político porque está a favor de la militarización de regiones del país y a favor de restricciones a los derechos ciudadanos en el control del orden público”, asegura la académica a este semanario.
El candidato conservador, quien ocupó el primer lugar en la primera vuelta electoral del pasado 21 de noviembre con el 27.9% de los votos –insuficientes para obtener la presidencia en esa ronda– es un abogado de 55 años que se convirtió en concejal de la metropolitana comuna de Buin en 1996, bajo el régimen de Pinochet.
Luego fue diputado durante cuatro periodos consecutivos, entre 2002 y 2018, por la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), a la cual renunció para lanzar su candidatura a la presidencia en los comicios de 2017, en los cuales quedó en cuarto lugar, con apenas el 7.93% de los votos.
Ese año, en la conmemoración del Día Internacional contra la homofobia, Kast deploró que La Moneda, el palacio presidencial de Chile, haya sido iluminado con los colores de la bandera LGBTI.
“La Moneda se rinde ante una dictadura gay. Las instituciones públicas son de todos los chilenos, no de minorías”, escribió en Twitter.
Cuando Bolsonaro –un abierto defensor de la dictadura militar brasileña de 1964– ganó los comicios presidenciales en Brasil, en 2018, Kast viajó a ese país a felicitarlo y le expresó su admiración por sus posturas a favor del orden y la autoridad.
El candidato del Partido Republicano es hijo del inmigrante alemán Michael Kast, quien llegó a Chile en 1951 tras la Segunda Guerra Mundial y tras haber pertenecido al partido nazi, algo que el ultraderechista negaba, pero que fue comprobado hace dos semanas por la agencia AP, que exhibió su ficha de afiliación a la organización política creada por Adolfo Hitler.
La politóloga Susana Riquelme señala que el éxito de Kast en la primera ronda electoral del mes pasado fue haber empleado un discurso muy reduccionista frente a problemas que preocupan a sectores chilenos, como la masiva llegada de inmigrantes venezolanos o la inseguridad pública.
Así como Donald Trump propuso en 2016 construir un muro en la frontera con México para contener a los inmigrantes, Kast –quien se ha presentado como un candidato ajeno al establecimiento político a pesar de su larga trayectoria parlamentaria con la UDI– promete cavar una zanja en la frontera norte para impedir el paso a los indocumentados.
Riquelme considera que un eventual triunfo de Kast en los comicios de este domingo sería para Chile “un salto al abismo”.