WASHINGTON (apro). – Steve Bannon, el exasesor político y electoral de Donald Trump, se entregó al Buró Federal de Investigaciones (FBI), tras haber sido acusado formalmente de desacato ante el Congreso Federal de Estados Unidos.

“Vamos a derrocar al régimen de (Joe) Biden”, declaró Bannon ante la prensa momentos antes de entregarse a las autoridades federales y en referencia al presidente estadunidense que en los comicios de noviembre de 2020 derrotó a Trump.

Bannon está impugnado por negarse a testificar y a entregar documentos ante el Comité de Investigaciones Gubernamentales de la Cámara de Representantes del Congreso federal, como parte de las averiguaciones del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.

La defensa de Bannon afirma que su cliente recibió directamente la orden de incumplir con el mandato constitucional de cooperar en la investigación legislativa, argumentando el “privilegio ejecutivo” de resguardar documentos de la presidencia de Trump.

El presidente Biden ha rechazado el pedido de su antecesor de resguardar los documentos de la presidencia de Trump respecto a los incidentes del asalto al Capitolio, con base en un fallo judicial que anota que el privilegio ejecutivo lo ostenta el que ejerce el poder actualmente.

El Departamento de Justicia le imputa dos delitos a Bannon, ambos por desacato, el primero por negarse a testificar y ser cuestionado por el comité legislativo y el segundo, al negarse a entregar documentos solicitados por los representantes del Congreso federal.

El exasesor y gurú electoral de Trump será presentado ante el juez Carl Nichols de la Corte del Distrito de Columbia, magistrado elegido por el expresidente Trump, en donde le leerán sus derechos y los cargos que le achaca el Departamento de Justicia.

De ser declarado culpable de los cargos durante un juicio, Bannon podría ser sentenciado a pasar de 30 días hasta 12 meses tras las rejas por no querer cooperar en la investigación del asalto al Capitolio, cuando Trump pedía desconocer a Biden como el nuevo presidente.